Nota de Rechazo y Condena al Atentado en Popayán: Una Violación al Principio de Distinción
En el marco del reciente atentado en Popayán, es imperativo señalar que, aunque las instalaciones del Comando Policía Popayán y los Batallones pueden ser considerados objetivos militares
El ataque perpetrado viola flagrantemente el principio de distinción consagrado en el Derecho Internacional Humanitario (DIH). Este principio establece claramente que los ataques deben dirigirse exclusivamente contra combatientes y no contra civiles.
El ataque en cuestión, llevado a cabo mediante el uso de armas no convencionales como los cilindros bomba, representa una grave amenaza para la población civil debido a la incapacidad de estos artefactos para ser dirigidos con precisión técnica. La zona del atentado está rodeada de viviendas familiares, colegios y establecimientos comerciales, exponiendo a numerosos civiles al peligro inminente.
La prohibición de dirigir ataques contra civiles está firmemente establecida en diversos instrumentos internacionales, incluyendo el Protocolo II, el Protocolo II Enmendado y el Protocolo III de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales, así como en la Convención de Ottawa, que prohíbe las minas terrestres antipersonal. Además, el Estatuto de la Corte Penal Internacional clasifica como crimen de guerra "dirigir intencionalmente ataques contra la población civil en cuanto tal o contra civiles que no participen directamente en las hostilidades" en el contexto de conflictos armados internacionales.
El manual del DIH de Suecia refuerza este principio al catalogarlo como una norma de derecho internacional consuetudinario. La flagrante violación de este principio en el atentado de Popayán no solo infringe la legislación internacional, sino que también demuestra un desprecio absoluto por la vida y la seguridad de la población civil.
Es crucial destacar la labor de la fuerza pública, cuya intervención oportuna logró prevenir la detonación de cinco artefactos explosivos que, de haber explotado, habrían desencadenado una tragedia de proporciones incalculables. La actuación valiente y efectiva de las fuerzas de seguridad en esta ocasión merece el reconocimiento y el respaldo de toda la sociedad.
Condenamos enérgicamente este ataque atroz que no solo atenta contra objetivos militares, sino que pone en grave riesgo a la población civil, violando principios fundamentales del Derecho Internacional Humanitario. Instamos a la comunidad internacional y a las autoridades nacionales a redoblar esfuerzos para prevenir futuras violaciones y garantizar la protección de los civiles en todas las circunstancias.