Ocho mujeres colombianas rescatadas en España tras ser reclutadas para ser explotadas sexualmente

Las víctimas fueron captadas por una red criminal que se aprovechaba de sus problemas económicos para someterlas a vejámenes y hasta obligarlas a vender estupefacientes.

Ocho mujeres colombianas rescatadas en España tras ser reclutadas para ser explotadas sexualmente

Un total de 36 ciudadanas, procedentes de varios países de Suramérica, fueron rescatadas por las autoridades de la Isla de Tenerife, en España.

Entre las víctimas hay ocho mujeres colombianas. Los uniformados señalaron que las mujeres, entre 18 y 25 años, fueron “víctimas de una organización criminal dedicada a la trata de personas para su explotación en prostíbulos”.

Las víctimas fueron llevadas a esa nació con falsos empleos, supuestamente bien pagados. Cuando arribaron a Europa eran despojadas de sus documentos y obligadas a pagar 14 millones de pesos ofreciendo servicios sexuales en ciertos sitios. Eran amenazas, incluso drogadas, con el fin de mantenerlas esclavizadas.

La autoridad española narró que las mujeres fueron sometidas a extensas horas de trabajo. “La organización delictiviba desmantelada, dirigida por un clan familiar, compuesto por cinco ciudadanos de origen venezolano, que se dedicaba a la captación y tráfico ilegal de mujeres colombianas muy jóvenes, con edades comprendidas entre los 18 y los 25 años, para explotarlas sexualmente en residencias de alquiler vacacional en Tenerife y que eran utilizadas como pisos prostíbulos”, explicó la Policía española.

Con relación a este operativo, las autoridades indicaron además que “la red criminal le decía a las víctimas que eran seleccionadas cómo pasar por desapercibidas en los controles de las autoridades migratorias de España. Eran preparadas sobre cómo simular su entrada como turistas sin ser detectadas. Recibían una cantidad de dinero en efectivo para justificar los medios económicos para sostener su estadía en ese país”, señaló.

Anotaron las autoridades también que “las mujeres debían estar disponibles las 24 horas del día, los siete días de la semana, con dos supuestas horas de descanso diarias que no se cumplían, puesto que, si aparecía un cliente, eran obligadas a regresar al piso. Si acudía un cliente, debían presentarse en ropa interior para que este pudiera elegir, no pudiendo rechazar ningún tipo de servicio sexual ni cliente”.