Organización juvenil del Cauca lideró Programa Regional de Juventudes en Colombia

Durante cuatro años la organización lideró este Programa y fue ejemplo a nivel nacional y de Latinoamérica por su labor con los jóvenes.

Organización juvenil del Cauca lideró Programa Regional de Juventudes en Colombia
Fundación Tengo Ganas y algunos lfuncionarios de PLAN. Fotografía: Fundación Tengo Ganas

La Fundación Tengo Ganas nació en Santander de Quilichao hace más de 15 años, y desde el 2019, hizo parte del Programa Regional de Juventudes (PRJ), financiado por la Fundación PLAN Internacional con apoyo de la cooperación sueca.

Este Programa le apostó a creer en la capacidad de los jóvenes de transformar sus entornos y sus realidades con sus propias propuestas y metodologías; lo que, sin duda, permitió un avance en temas de justicia social y participación de las personas jóvenes, especialmente de las mujeres y juventudes.

Su desarrollo se hizo en cinco países: Colombia, Guatemala, Honduras, El Salvador y Bolivia, donde en cada uno se trabajó con tres organizaciones. Algunas conformadas por jóvenes, otras con mayor experiencia, otras novatas en los procesos comunitarios; pero todas enfocadas en creer en las juventudes como agentes de cambio y promotores de la defensa y promoción de los derechos humanos, así como de los derechos sexuales y reproductivos.

“Desde PLAN para nosotros fue una experiencia distinta porque nos sacó de nuestra zona de confort, de venir trabajando con jóvenes como participantes, a pensarlos como socios”, cuenta Sara Erazo, Gerente de proyectos de la Fundación Plan Internacional.

Según explica Sara, para ello, en los países del PRJ se hizo un ejercicio de mapeo, para identificar organizaciones juveniles que tuvieran un interés y una agenda propia en el trabajo por la defensa de los derechos sexuales y reproductivos.

Además, agrega que en esta convocatoria no solo participaron organizaciones ya conformadas y que tuvieran experiencia, como Tengo Ganas, sino que también encontraron valiosos colectivos que tenían esa capacidad y autonomía de impulsar procesos y generar incidencia en sus territorios.

“Lo que nos gustó mucho de Tengo Ganas es su historia como organización, ellos iniciaron como un colectivo en un colegio, pero la velocidad con la que han avanzado y la potencia que tienen como agencia de jóvenes que le apuestan a lo comunitario, con metodologías innovadoras. Eso es algo que nos impactó y por ello fueron seleccionados”, explica Sara.

Una organización local con impacto internacional

Representantes de otras organizaciones de jóvenes de Latinoamérica que hacen incidencia.

Oscar Casaran es el representante legal y director de proyectos de la Fundación Tengo Ganas, quien, junto a su organización se han convertido en un referente de liderazgo en Santander de Quilichao, el norte del Cauca y Colombia.

“Vimos en la convocatoria una oportunidad para aprender y desarrollar muestra organización, lo que no nos imaginábamos era que el programa y el proyecto tendría tanto tiempo y oportunidades para el fortalecimiento; y como nuestra búsqueda e interés ha sido hacer algo por las juventudes de Santander de Quilichao, dimos el paso”, cuenta Oscar sobre cómo fue el proceso para llegar al Programa Regional de Juventudes.

Y es que, en estos cinco años de trabajo, la Fundación Tengo Ganas, no solo ha consolidado una estructura organizacional, administrativa, directiva y programática robusta, o incrementado el número de colaboradores; sino que trabaja con un plan estratégico claro y una apuesta específica para generar transformaciones significativas en las juventudes y sus entornos. Además, han logrado incrementar significativamente su relacionamiento, posicionamiento y visibilidad a nivel local, regional y nacional.

Eso, sin duda, significa un antes y un después para la organización; como lo resalta Sara de PLAN.

“Han desarrollado una capacidad para crear e implementar metodologías claras y estrategias definidas que permiten impactar de una manera sostenida los procesos. Hoy en día Tengo Ganas cuenta con un plan estratégico, con un enfoque de género, con programas ya sólidos, con un lineamiento y una política de salvaguarda; es decir que es responsable también de proteger a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes que participan en sus propios programas; además tienen una apuesta decidida frente a los temas de incidencia política”, explica.

De hecho, otro de los puntos a resaltar en el PRJ es que el acompañamiento y el apoyo a las organizaciones ha sido por demanda de la organización, es decir “no es lo que el socio o la empresa diga” sino lo que realmente ellos necesitaban para así tener un verdadero proceso de fortalecimiento y seguir siendo una organización sólida y con apuestas de sostenibilidad. “Si tú conoces a Tengo Ganas, lo evidencias, su impacto es muy evidente en cuanto a lo organizativo y al trabajo con jóvenes”, afirma.

En un trabajo de asocio, las ganancias son de lado y lado, por ello, para Oscar, la relación de asocio con PLAN les ha permitido fortalecer sus capacidades organizacionales y expandir su alcance.

 “No solo han sido los recursos, sino también conocimiento y apoyo estratégico que han permitido consolidar nuestras iniciativas. Este entendimiento mutuo se basa en una visión compartida de empoderar a las juventudes y transformar sus entornos, lo que ha hecho que nuestra colaboración sea tanto fructífera como inspiradora”, sentencia Oscar.

De este proceso de cinco años, para Tengo Ganas también ha sido muy significativo compartir y dialogar con organizaciones de otros países porque ampliaron su visión y descubrieron un mundo de posibilidades para desarrollar alianzas en un trabajo colaborativo a nivel regional.

 “Tuvimos la fortuna de conocer de cerca las realidades de Guatemala y Panamá, lo que nos permitió aprender distintas formas de trabajo comunitario. Y tuvimos la oportunidad de liderar iniciativas regionales, fomentando la participación juvenil y co-creando estrategias y soluciones desde la comunicación para abordar problemas comunes en América Latina”, explica Oscar.

Y aunque este programa cerró en junio, la apuesta por creer en los jóvenes es una labor que se sostiene en el tiempo, la confianza que ganaron los jóvenes y las organizaciones en creer en ellos están más sólidas y sus planes a futuro y su visión es más ambiciosa, con ánimos de generar empleo juvenil, promoviendo el bienestar y amplificando su impacto social.

Impacto en las juventudes

Para Lina Sofía Viáfara, quien lleva 3 años en la Fundación Tengo Ganas, este ha sido un espacio seguro, donde los y las jóvenes sacan la mejor versión de sí, donde hay amor, y donde aprenden a conocerse más como personas y como profesionales.

“Aprendemos y enseñamos lo que tenemos en nosotros, Tengo Ganas es una organización que aporta al cambio social. Además, estamos muy agradecidos con la Fundación Plan y los logros que obtuvimos con el Programa Regional de Juventudes, porque ellos creyeron en nosotros, porque creen en los sueños que tenemos los jóvenes, y pues esperamos que se sientan orgullosos de nosotros”, agrega Lina.

Como ella, otros jóvenes y niños ven en la Fundación un lugar donde pueden llegar a aprender y a buscar su primera opción laboral, donde los apoyan en sus proyectos de vida y a crecer profesionalmente. 

“Esta experiencia en la fundación ha impulsado mi proyecto de vida porque me ha permitido adquirir conocimientos, fortalecer mis habilidades, reconocerme como persona. Sobre el trabajo con la Fundación Plan fueron varios años de acompañamiento e inspiración para ser mejores, y fue una organización que creyó en nosotros, y eso es muy valioso, ellos creyeron que éramos capaces de hacer muchas cosas”, agregó Jennifer Figueroa.