Papa Francisco, el hombre que demostró la grandeza de la iglesia desde la austeridad y la humildad de Jesús
Jorge Bergoglio condenó severamente la corrupción y el hecho de que los poderosos abusaran de su condición para quitarle a los demás.

Ningún habitante del planeta podía imaginar que el hijo mayor de un contador empleado de ferrocarril y de una ama de casa, Mario y Regina, nacido un 17 de diciembre de 1936 en la capital argentina, alzara esa humildad y a esa tierra, tomando el estandarte de la iglesia católica como su máximo representante, 76 años después.
Jorge fue un pequeño bueno, cuentan sus conocidos, que al crecer se licenció como técnico químico, eligiendo posteriormente el camino del sacerdocio como jesuita entrando en el seminario diocesano de Villa Devoto en Buenos Aires; ciudad en la que posteriormente sería arzobispo durante 15 años.
Allí se le pudo apreciar en esta época en diferentes ocasiones usando el transporte público de ese país, para llegar a lugares de la ciudad en los que la esperanza estaba censurada y pesar diferente un verdadero peligro.
Su vida fue un camino lleno de pasiones y cometidos, caracterizada por una modestia y sencillez a flor de piel. Trabajó en diferentes profesiones, desde portero de una discoteca hasta barrendero. Ha lavado pies a jóvenes reclusos conmemorando a un Cristo que también lo hizo a sus apóstoles en vísperas de una muerte anunciada.
El lunes 21 de abril, el primer Papa latinoamericano de la historia, falleció en Roma a los 88 años de edad. Esta es su historia de la persona que humanizó la iglesia católica.
FORMACIÓN Y SACERDOCIO:
– Se diplomó como técnico químico.
– Ingresó en el seminario diocesano de Villa Devoto y luego en la Compañía de Jesús.
– Estudió Humanidades en Chile y Filosofía en el Colegio San José.
– Obtuvo la licenciatura en Teología y fue ordenado sacerdote en 1969.
CARRERA ACADÉMICA Y PASTORAL
– Fue profesor de literatura y psicología en varios colegios.
– Maestro de novicios y rector del Colegio San José.
– Provincial de los jesuitas de Argentina (1973-1979).
EPISCOPADO Y CARDENALATO
– Nombrado obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires en 1992.
– Vicario episcopal y vicario general de la arquidiócesis.
– Arzobispo coadjutor de Buenos Aires en 1997 y arzobispo en 1998.
– Cardenal creado por Juan Pablo II en 2001.
OTROS CARGOS Y RECONOCIMIENTOS:
– Gran canciller de la Universidad Católica Argentina.
– Autor de varios libros de reflexión espiritual.
– Relator general adjunto en el Sínodo de los obispos en 2001.
«Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos», manifestó en diferentes ocasiones, sugiriendo a sus sacerdotes la austeridad y la consecuencia, para formar parte de una iglesia del siglo XXI que gracias a su liderazgo se volvió más humana, abierta al diálogo, apertura y reformas.
Francisco ha sido un embajador de la justicia social y ha dejado un legado de continuidad de Jesucristo llegando a trasladar que “si se sigue a Cristo, se comprende que pisotear la dignidad de una persona es pecado grave”.
El primer Papa latinoamericano de la historia se ha caracterizado por otorgar importancia a la misericordia, a la compasión y a la honradez con el prójimo. No solo habiéndose preocupado de la defensa de los derechos humanos, sino también de la protección del medioambiente.
El carisma de Francisco le valió para fortalecer dentro de sus diferentes mandatos a la Iglesia en Latinoamérica, siendo un hombre digno y fuente de inspiración para diferentes movimientos sociales, regionales e incluso a movimientos políticos; llegando a conseguir una empatía y unión en torno a su figura, nunca antes vista desde Juan XXIII.
Corazón revolucionario
Siendo aún Jorge Bergoglio, ganó mucha popularidad y liderazgo durante su trayecto como arzobispo latinoamericano, llevando un estilo de vida sencillo y austero, y difundiéndolo como esencia del verdadero cristianismo, buscando así que la gente se acerca más a Jesús.
El Papa se dedicó en cuerpo y alma a luchar por una Latinoamérica devastada socialmente por diferentes gobiernos imperialistas, promoviendo la creación del trabajo comunitario, la evangelización y la siempre persistente visión sobre los pobres y humildes, buscando que la región fuera más justa. Su conexión directa con el pueblo, le permitió entender mejor sus necesidades adaptándolas a los desafíos de la Iglesia en la región.
Francisco nunca perdió de vista la figura de Cristo, que murió desafiando un poder establecido, defendiendo las causas nobles y volcado en los humildes. Por ello, quizás evocando a un Jesús que estuviera presente, desarrolló un pensamiento progresista y humano que abarcaba el diálogo como solución de conflictos, la condena de los abusos sexuales dentro de la curia, el reconocimiento del amor entre personas del mismo sexo y una clara visión anticapitalista del mundo.
Salvados por Francisco
También, al ser designado como el representante de Dios en la tierra, se suscitaron polémicas acerca de su pasado cuando era el superior provincial de la congregación jesuita durante la dictadura cívico militar argentina de Jorge Rafael Videla. Son algunas las personas críticas que lo acusaron de colaboracionismo y de no hacer lo posible por proteger a los sacerdotes y laicos perseguidos por la salvaje dictadura.
El propio Francisco afirmó negó rotundamente estas recriminaciones, insistiendo en que trabajó tras bastidores para liberarlos. Fue investigado en años posteriores por este caso y exonerado.
«Hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba, para abogar por personas secuestradas«, aseguró en la biografía «El Jesuita», publicada en 2010.
E incluso tras su elección como Papa, se publicó un libro con diferentes testimonios: Salvados por Francisco; donde un uruguayo perseguido por militares argentinos y de su propio país afirma: «Nos llevaste en tu auto (…). Me pediste que tratara de ocultarme y que no mirara el camino que íbamos a hacer. Pensé: ‘¿Se habrá dado cuenta este curita del riesgo al que se está exponiendo?’. Entonces no sabía que eras el Provincial de los jesuitas”.