Perro fue amarrado a un poste por hacer sus necesidades en el andén

El rápido actuar de las autoridades permitió liberar al canino afectado por la crueldad de un ciudadano. La comunidad rechazó la violencia contra los animales.

Perro fue amarrado a un poste por hacer sus necesidades en el andén

Doki, un perro de raza criolla, fue sometido a un cruel acto de maltrato animal luego de ser ser amarrado con cinta adhesiva a un poste de alumbrado público en la vereda La Chava, del corregimiento El Llanito, en Barrancabermeja, Santander.

El caso, calificado como un severo maltrato, desató una rápida respuesta por parte de las autoridades locales que lograron rescatar al ejemplar afectado, gracias a las denuncias de los testigos.

La Policía de Magdalena Medio, comandada por el coronel Luis Alejandro Cubillos Cancelado, afirmó que el autor del incidente fue identificado y se espera la intervención de la Fiscalía para su captura.

“Ya tenemos plenamente identificado a quien cometió este reprochable y lamentable caso. Estamos a la espera de que la Fiscalía tome las medidas administrativas para lograr la captura de esta persona”, agregó el oficial.

Mediante un video que circula por las diferentes plataformas digitales, se evidencia cómo Doki, un macho de cuatro años, fue amarrado con cinta aislante al rededor de todo su cuerpo, incluyendo el hocico, a aproximadamente dos metros de altura en un poste del servicio público de energía.

La acción contra el perro despertó una ola de indignación entre la comunidad y activistas a favor de los derechos de los animales, resaltando la importancia de tratar a todas las criaturas con respeto.

“Aquí está el perrito, permanece en mi casa cagándose todos los días, y orinando. Se lo dijo a la dueña, se le llamó la atención para que amarrara el perrito y no lo amarraron”, relató en el video la persona que cometió el reprochable hecho.

Según se reportó, el responsable de este acto justificó su comportamiento alegando que el perro hacía sus necesidades frente a su propiedad y que, a pesar de haber solicitado a la dueña del animal que lo controlara, no obtuvo respuesta.

Este intento de “justicia por mano propia” ha llevado a las autoridades a tomar cartas en el asunto, poniendo de manifiesto la gravedad del maltrato infringido. Por eso la Fiscalía ya adelanta las respectivas investigaciones.

De otro lado, las unidades policiales trasladaron a Doki para una evaluación veterinaria, donde se confirmó que, aunque no presentaba lesiones físicas, el canino estaba emocionalmente afectado. Esta situación ha suscitado un llamado a la responsabilidad por parte de los dueños de mascotas para con el bienestar de estos seres sintientes, conforme a la ley que aboga por el tratamiento ético de los animales.

Jorge Luis González, médico veterinario del área de Fauna de la Secretaría de Medio Ambiente que examinó al canino, enfatizó en la severidad del maltrato emocional y físico al que fue sometido el animal, el cual fue privado de su libertad de movimiento y de ladrar. Por esa razón, habló de la necesidad de aplicar la máxima sanción disponible en la ley al responsable de este caso de maltrato animal.

“Atendimos este caso, que se trata de un maltrato emocional donde lo atan y lo inhiben de que realice sus acciones normales, como ladrar o moverse. Se ve claramente maltratado en la parte emocional, lo vemos muy alterado. La ley 1774 contempla que los animales son seres sintientes y eso involucra la parte emocional. Entonces vemos que desde esta parte se afecta fuertemente. Vamos a ampararnos en la parte legal para que haya la sanción máxima”, detalló el experto.

Asimismo, el médico resaltó la importancia de considerar la sensibilidad emocional de los animales y del trato adecuado y empático hacia las mascotas. A raíz de este evento, han surgido discusiones sobre la necesidad de fortalecer las leyes de protección animal y promover la concienciación sobre el cuidado y respeto hacia los animales en la comunidad.

Recomendamos a los dueños de los animales para que se hagan responsable de las mascotas, de sus necesidades y decirles que cualquier acción o daño que cause el animal es responsabilidad del tenedor. Son seres sintientes que tenemos que cuidarlos”, concluyó el veterinario.

El caso de Doki no solo deja en evidencia las secuelas emocionales que pueden sufrir los animales a causa del maltrato, sino que también pone de relieve la urgencia de adoptar medidas legales y educativas más rigurosas para prevenir futuros actos de crueldad animal. La respuesta de las autoridades ante este suceso reafirma el compromiso de la sociedad con la protección y bienestar de todos los seres vivos, impulsando un cambio cultural hacia la compasión y el respeto integral.