Popayán en jaque: los bloqueos que asfixian a una ciudad de puertas abiertas

Hoy Popayán, la cuna de historias de resistencia y valentía, se encuentra atrapada en una crisis que golpea su esencia y a su gente.

Popayán en jaque: los bloqueos que asfixian a una ciudad de puertas abiertas

Tres bloqueos simultáneos en La Agustina, en la vía Panamericana sector Carantanta y en Río Blanco, al norte de la ciudad han golpeado nuestra capital, profundizando las dificultades de una región que ya carga con demasiados desafíos.

Esta tierra, que fue hogar de indígenas valientes que resistieron la conquista española, y más tarde de patriotas que lucharon por la independencia de Colombia, no ha sido indiferente a las injusticias ni se ha doblegado ante los poderosos de turno. Hemos demostrado, generación tras generación, que nuestra dignidad y nuestra gallardía son inquebrantables. Sin embargo, hoy esta misma ciudad y su gente son víctimas de un asedio que no merece.

Popayán, un territorio generoso que ha aportado inmensamente al país con su riqueza cultural y como cuna de hombres y mujeres que entregaron sus vidas para conquistar los derechos de los que hoy disfrutamos, enfrenta la paradoja de ser castigado por quienes afirman buscar justicia. No olvidemos que esta ciudad es la que más personas desplazadas acoge per cápita en Colombia. A pesar de carecer de infraestructura adecuada, hemos abierto nuestras puertas y corazones a todos los colombianos, así como a extranjeros, como los venezolanos, que han encontrado aquí un refugio digno.

Sin embargo, esta solidaridad no puede ser una excusa para ignorar el daño que los bloqueos están causando. Con cada vía cerrada, los más perjudicados no son los poderosos ni los gobernantes, sino los ciudadanos más vulnerables: los trabajadores, los pequeños comerciantes, los enfermos que no logran llegar a un hospital y los estudiantes que pierden sus clases. Aunque apoyamos las luchas legítimas por la reivindicación de derechos, jamás aceptaremos que esas luchas atropellen nuestros propios derechos.

A los líderes de este país y la región les decimos: ¡basta de indiferencia! Presidente Gustavo Petro, gobernador del Cauca Octavio Guzmán y alcalde Juan Carlos Muñoz, su inacción frente a estas crisis es inaceptable. No permitamos que una ciudad de historia y puertas abiertas sea asfixiada y despreciada de esta manera. Popayán no puede seguir pagando el precio de promesas incumplidas y la falta de liderazgo.

Es urgente que se actúe con firmeza y responsabilidad para garantizar el respeto por la ciudad y su gente. Popayán ha sido un ejemplo de resistencia y solidaridad, pero también exige justicia y atención. Este llamado no es solo para quienes tienen el poder de tomar decisiones, sino también para quienes bloquean nuestras vías: recuerden que la solución nunca estará en el asedio a su propia gente.

Popayán, como siempre, seguirá de pie. Pero no se equivoquen: la paciencia de su gente tiene límites, y nuestra esperanza, aunque resiliente, exige acciones concretas. No permitamos que los bloqueos, la indiferencia y el olvido sigan apagando el espíritu de una ciudad que siempre ha sido faro de dignidad y grandeza.