Popayán Estéreo 105.1 FM: del desgreño a la desconexión total

El cierre de Popayán FM 105.1, un retrato de la inoperancia administrativa de quien prometió recuperar nuestra ciudad .

Popayán Estéreo 105.1 FM: del desgreño a la desconexión total

En un nuevo y dramático episodio de negligencia institucional, Popayán Estéreo 105.1 FM, una emisora que durante años representó una valiosa herramienta de comunicación para la comunidad payanesa, ha sido cerrada por la Agencia Nacional del Espectro. Este desenlace, que podría haberse evitado con una gestión eficiente, es un reflejo de la improvisación y el desdén que caracterizan a la actual administración de Juan Carlos Muñoz Bravo.

Ineptitud que trasciende administraciones

El problema no surgió de la noche a la mañana. Desde el empalme entre la administración saliente de Juan Carlos López Castrillón y la entrante de Muñoz Bravo, se advirtieron irregularidades graves en la situación legal de la emisora. La licencia transitoria, otorgada exclusivamente para la gestión del riesgo, había sido desviada ilegalmente hacia la Secretaría General y una oficina de comunicaciones sin fundamento jurídico. Este desvío fue un acto de irresponsabilidad que comprometió la estabilidad de una emisora esencial para la comunicación pública.

El error no solo habría sido avalado, sino también perpetuado por funcionarios cuya gestión, según nuestras fuentes, resulta tan precaria como sus justificaciones. Entre los mencionados se encuentra el señor Esteban Zúñiga Barco, quien, de acuerdo con las versiones recogidas, sería un funcionario atornillado en su puesto, señalado de no cumplir con los trámites necesarios para legalizar la situación de la emisora. Su presunta omisión, respaldada por un salario que nuestras fuentes califican como 'fabuloso', parece ser solo una pieza más en este lamentable rompecabezas.

La designación de Andrés Illera como director de la emisora ha sido señalada por nuestras fuentes como un posible caso de favoritismo político, lo que, según se afirma, habría marginado a profesionales con mayor formación y experiencia. De acuerdo con los comentarios recibidos, Illera no contaría con la preparación ni la experiencia necesarias para liderar una emisora, siendo percibido como una ficha de compromiso político. Los resultados actuales, según sus críticos, respaldarían estas afirmaciones. Además, su gestión se habría visto afectada por la presunta omisión de la asesora de comunicaciones, Ángela María Bravo, quien, según nuestras fuentes, no habría proporcionado la orientación ni el acompañamiento necesario en decisiones clave.

El Secretario General Edwin Muñoz Vásquez, lejos de asumir el liderazgo que su cargo exige, permitió que la emisora permaneciera en un limbo jurídico mientras dedicaba su tiempo a alimentar sus aspiraciones políticas. Su inacción es una muestra clara de cómo los intereses personales han desplazado las responsabilidades institucionales.

El cierre de Popayán Estéreo no es solo un golpe a la administración pública, sino a la comunidad que pierde una herramienta fundamental para la información y la expresión ciudadana. Es una afrenta directa a los periodistas, locutores y técnicos que, con profesionalismo, sostuvieron la emisora a pesar de las adversidades.

La situación plantea interrogantes urgentes: ¿Qué pasará con los equipos de transmisión que reposan sin uso? ¿Qué acciones tomará el alcalde para recuperar una emisora que es un patrimonio de los payaneses? Popayán Estéreo no es una emisora cualquiera; bien manejada, sería un vehículo de participación ciudadana y un canal efectivo para atender emergencias y gestionar información.

Señor alcalde Juan Carlos Muñoz Bravo, su administración debe asumir con seriedad esta responsabilidad. No basta con lamentos o justificaciones; es imperativo recuperar la emisora, regularizar su situación legal y, sobre todo, garantizar que su dirección esté en manos de verdaderos profesionales de la radio. Asimismo, la frecuencia debe retornar a la Oficina Municipal de Gestión del Riesgo, su lugar legítimo según la ley.

La Alianza por Popayán ha quedado en deuda con los ciudadanos. Una alianza debe significar orden, diligencia, eficacia y eficiencia, valores que hoy parecen ausentes en su gobierno. No se puede tolerar que la negligencia y la improvisación sean los motores de una administración que debería trabajar para el beneficio colectivo.

Los payaneses merecen respuestas, no excusas. El tiempo para actuar es ahora, antes de que el silencio impuesto por el cierre de la emisora se convierta en el símbolo de un gobierno que olvidó escuchar a su gente.