Popayán frente a la encrucijada: Recuperar lo público, un imperativo para la justicia social y el desarrollo
La posible recuperación del servicio de basuras en 2025: ¿El primer paso para redefinir el futuro de la ciudad?
En un contexto nacional donde la privatización de servicios públicos ha dejado secuelas de inequidad, altos costos y desconfianza ciudadana, Popayán se enfrenta a una oportunidad histórica: revertir un modelo fallido y recuperar el control de empresas esenciales que, en manos públicas, podrían convertirse en motores de progreso colectivo. El debate no es menor: hablamos de servicios que, como la recolección de basuras, son la columna vertebral de la salud pública, la sostenibilidad ambiental y la cohesión social.
El fracaso de la privatización: Datos que alarman
Según estudios de la Contraloría General, el 68% de los municipios colombianos que privatizaron servicios públicos entre 2010 y 2020 reportaron incrementos tarifarios superiores al 40%, sin mejora proporcional en la calidad. En Popayán, la externalización del servicio de basuras en la última década ha estado marcada por denuncias de cobros irregulares, cobertura desigual en zonas rurales y un preocupante rezago en innovación tecnológica. Mientras las utilidades de estos contratos engrosan cuentas privadas, la ciudad pierde anualmente millones de pesos que podrían invertirse en educación, infraestructura o programas ambientales.
Recuperar las basuras: Más que un servicio, un símbolo
La recolección de residuos no es solo un asunto logístico; es un termómetro de la dignidad urbana. Recuperar este servicio en 2025 permitiría a Popayán:
- Reinvertir utilidades en la ciudad: Estimaciones preliminares sugieren que una gestión pública eficiente podría generar ahorros del 20-30% en costos operativos, fondos que podrían destinarse a modernizar rellenos sanitarios, financiar campañas de reciclaje o subsidiar tarifas para familias vulnerables.
- Generar empleo local: Contratar mano de obra payanesa, con garantías laborales, en lugar de depender de intermediarios privados que precarizan el trabajo.
- Fortalecer la gobernanza ambiental: Implementar políticas circulares (como plantas de compostaje o recolección diferenciada) alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, algo que las empresas privadas suelen ignorar por su baja rentabilidad inmediata.
El desafío de Juan Carlos Muñoz Bravo: Liderazgo y articulación política
El alcalde Muñoz Bravo no solo debe demostrar capacidad técnica para administrar el servicio, sino también habilidad para construir consensos en un Concejo Municipal históricamente acomodado a los intereses particulares. La clave radicará en:
- Transparencia en licitaciones y contratos: Evitar los vicios del pasado exigirá auditorías públicas y veedurías ciudadanas.
- Diálogo con recicladores y gremios: Incluir a actores informales en la cadena de valor para evitar conflictos sociales.
- Financiación creativa: Explorar alianzas con universidades o cooperativas internacionales para acceder a tecnología sin sobreendeudamiento.
Los concejales: Entre el clientelismo y el interés general
El rol del Concejo será decisivo. sobre todo de su actual presidente Alex Trujillo, si sus integrantes priorizan disputas partidistas sobre el bien común, el proyecto naufragará. Por el contrario, si aprueban un marco normativo sólido con incentivos fiscales, Popayán podría sentar un precedente nacional. La ciudadanía, atenta, exigirá que sus votos no se conviertan en complicidad con el fracaso.
¿Por qué el 2025 es una carrera contra el tiempo?
Este año coincide con el vencimiento del contrato establecido entre la administración de Popayán, que en ese entonces estaba encabezada por Ramiro Antonio Navia, y la empresa Serviaseo Popayán, hoy Urbaser. Esta coyuntura abre una ventana de oportunidad única para actuar. Postergar la decisión significaría renovar modelos obsoletos por años más, hipotecando el futuro de la ciudad y perpetuando un sistema que ha demostrado ser insuficiente. Además, en el actual contexto de crisis climática, las acciones urgentes no pueden esperar: Popayán produce toneladas diarias de basura, y sin una gestión pública eficaz, innovadora y sostenible, la ciudad corre el riesgo de colapsar bajo el peso de su propio consumo y la falta de soluciones integrales.
La basura como metáfora de lo que queremos ser
Recuperar el servicio de basuras no es solo un acto administrativo; es un gesto político que define qué tipo de ciudad aspira a ser Popayán: una que externaliza sus problemas y privatiza sus sueños, o una que asume con audacia las riendas de su destino. Si el alcalde Juan Carlos Muñoz Bravo y los concejales logran convertir este desafío en una victoria colectiva, sentarán las bases para recuperar otros servicios esenciales, como la energía, el alumbrado público y el tránsito. Este esfuerzo demostraría que lo público, cuando se gestiona con ética, transparencia y visión de futuro, no solo es viable, sino que se convierte en el mejor negocio para el bienestar de todos los ciudadanos.
La pregunta final no es técnica, sino moral: ¿Está Popayán lista para dejar de ser espectadora y convertirse en dueña de su futuro?
Nota del editor: Este medio respalda iniciativas que prioricen el interés general sobre intereses particulares.