Popayán necesita un líder que vuele alto como un águila, no uno que, por su amor al dinero, sea apenas un ave de corto vuelo

El primer año de gobierno del alcalde Juan Carlos Muñoz ha estado marcado por desafíos propios de alguien que, viniendo del sector empresarial, carece de experiencia en la administración pública.

Popayán necesita un líder que vuele alto como un águila, no uno que, por su amor al dinero, sea apenas un ave de corto vuelo

Su desempeño en ejecución presupuestal ha sido deficiente, generando críticas justificadas. Sin embargo, este 2025 debe ser el punto de inflexión donde las lecciones aprendidas se traduzcan en planificación efectiva, dando pasos concretos hacia la transformación que Popayán merece.

Es justo destacar que el actual alcalde de Popayán, Juan Carlos Muñoz Bravo, es una persona decente y con buenas intenciones. Su decisión de delegar la organización de las Fiestas de Pubenza 2025 a gestores culturales ha sido un acierto. Por primera vez, aquellos que han dedicado su vida a preservar nuestras tradiciones tienen la responsabilidad de liderar esta celebración emblemática, alejándola de las prácticas corruptas del pasado, cuando las festividades se utilizaban como pretexto para beneficiar a unos pocos con recursos públicos.

En este contexto, resulta clave recordar las palabras del expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica: “El político que ama demasiado al dinero no sirve para servir”. Esta reflexión cobra especial relevancia en Popayán, donde la sombra de antiguos mandatarios aún pesa debido a la entrega sistemática de servicios públicos a manos privadas. Miles de familias en la ciudad soportan la carga de pagar algunas de las tarifas más altas de Colombia, como ocurre con la energía eléctrica gestionada por la Compañía Energética de Occidente, la recolección de basuras a cargo de Urbaser, los trámites de tránsito administrados por Quipux, y más recientemente, el alumbrado público en manos de Ciudad Moderna. Estas decisiones, lejos de priorizar el bienestar de la ciudadanía, han generado una presión económica insostenible, que refleja la desconexión de algunos líderes con las necesidades reales de su pueblo.

Un líder político genuinamente comprometido con sus gobernados debe ser como las águilas: volar alto, enfrentar las tormentas con valentía y transformar las adversidades en oportunidades para elevarse aún más. Como lo expresa el pasaje bíblico en Isaías 40:31: "Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán." Así debe ser un gobernante, con una visión clara desde las alturas, capaz de planificar con perspectiva, liderar con fortaleza y guiar a su pueblo hacia el progreso. No debe ser como un ave de corto vuelo, limitada por su incapacidad de elevarse, atrapada en la mediocridad, los intereses mezquinos y, peor aún, el amor por el dinero, que según las Escrituras es "el principio de todos los males". Un líder sin visión ni determinación carece de la capacidad para enfrentar los desafíos de su tiempo y construir un futuro digno para su gente.

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A pesar de los avances, no basta con buenas intenciones. Es indispensable que las festividades de Pubenza sean un ejemplo de transparencia absoluta. Los honorarios de comparsas, chirimías y demás participantes deben ser dignos y entregados sin intermediaciones corruptas, prácticas que, según denuncias, eran comunes en el pasado. Además, se requiere una corrección inmediata de errores recientes, como los señalados en la organización de la media maratón, donde contratos exprés levantaron serias sospechas de irregularidades.

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El alcalde tampoco debe caer en el juego de los “mercenarios de la comunicación”, aquellos que moldean sus opiniones según las pautas publicitarias. Cuando las acciones se realizan con decencia y honestidad, cuidando los recursos públicos, que son sagrados, no hay nada que temer. Al final del día, la verdad siempre prevalece sobre la mentira. Así lo han demostrado las redes sociales y voces críticas, como la de Alexander Casas, un periodista comprometido con los intereses de Popayán y el Cauca. El escrutinio público no perdona. Por ello, resulta determinante para la recuperación de Popayán priorizar el interés general por encima de cualquier conveniencia particular.

Las Fiestas de Pubenza y el aniversario de la fundación de Popayán son una oportunidad única para que Juan Carlos Muñoz deje atrás la imagen de improvisador y demuestre que puede liderar con visión y ética. La ciudad necesita un liderazgo que vuele alto, capaz de transformar la realidad con trabajo honesto y planificado. Este 2025 es el momento de demostrar que Popayán puede tener un futuro más próspero y transparente. Porque, como bien sabemos, un ave de corto vuelo nunca podrá liderar cambios profundos. Popayán merece mucho más.