Popayán no puede seguir siendo una ciudad de una sola semana
El presidente del Concejo Municipal, Alexander Trujillo, lanzó un llamado urgente para replantear el modelo de ciudad y avanzar hacia un verdadero compromiso con el desarrollo turístico, económico y social de Popayán.

Durante una reciente intervención en el recinto del Concejo, Alexander Trujillo, presidente de la corporación, hizo una reflexión que merece ser escuchada más allá del ámbito político: ¿por qué Popayán sigue siendo una ciudad que solo se muestra al país durante Semana Santa?
Trujillo fue enfático en señalar que Popayán tiene un potencial turístico enorme, pero que ha sido desaprovechado año tras año. La ciudad dijo es una “mina de oro” que no se ha sabido explotar. Y tiene razón. Mientras otras ciudades han convertido su riqueza cultural en una fuente permanente de empleo y dinamismo económico, Popayán sigue dependiendo de una sola semana para brillar.
Pero más allá del diagnóstico, su intervención dejó entrever una crítica profunda al manejo institucional. “El alcalde podrá estar ocho días en Bogotá en todos los programas de televisión, pero eso no esconde la realidad que vivimos todos los días”, sentenció Trujillo, haciendo alusión a lo que muchos ciudadanos también perciben: una desconexión entre la estrategia mediática y la gestión territorial.
No más maquillaje para una ciudad que pide cambios de fondo
Uno de los puntos más sensibles de su intervención fue el deterioro de la ciudad causado por grafitis que aparecen en sus fachadas patrimoniales. Aunque dejó claro que respeta la libertad de expresión, Trujillo cuestionó si quienes atentan contra la infraestructura urbana realmente sienten algún tipo de pertenencia por Popayán. Su afirmación fue contundente: “No destruyamos a Popayán”.
En una sociedad donde se normaliza la apatía institucional, escuchar a un concejal reconocer que el problema no es de colores políticos, sino de compromisos reales, resulta esperanzador. “Esto no puede seguir siendo un compromiso solamente político, tiene que ser un compromiso con Popayán”, dijo el cabildante, enviando un mensaje directo al gabinete del alcalde Juan Carlos Muñoz.
El llamado fue claro: si los problemas están en el equipo de trabajo, se deben tomar decisiones. Si los funcionarios no responden al clamor ciudadano, deben dar un paso al costado. Porque Popayán no puede seguir secuestrada por la inercia administrativa ni por la estética de la improvisación.
Alexander Trujillo cerró su intervención con una idea que debería convertirse en propósito colectivo: que los próximos meses no sean una repetición de lo que hemos vivido, sino el inicio de una nueva historia para Popayán. Una historia en la que Semana Santa siga siendo una vitrina internacional, pero no el único momento en que la ciudad se pone bonita, se limpia o se piensa.
En esa línea, propuso que una vez termine la Semana Mayor, se rinda un informe público sobre su balance real. No para aplaudir lo obvio, sino para corregir lo que sigue fallando y proyectar un futuro más coherente y menos estacional.