¿Por qué le llovió al Pollo?
Al alcalde de Popayán no solo le llovió en Semana Santa, sino que durante todo su gobierno le han llovido críticas.
No solo “El Pollo” de Popayán fue noticia en esta Semana Santa, pues la polémica que se suscitó en medios nacionales y redes sociales respecto a un informe en el que se decía que un pollo asado había llegado a los $40.000 pesos, no dejo esperar a los extremos políticos de nuestro país para que algunos salieran en defensa del pollo de $20.000 pesos y los del otro extremo reafirmar que el pollo asado costaba $40.000 pesos.
La lluvia también fue protagonista de la Semana Santa en Popayán, dadas a las fuertes inclemencias del clima no fue posible que se llevara a cabo el acto religioso de la procesión de Nuestra Señora la Virgen de los Dolores, justo el martes santo cuando el Alcalde Municipal Juan Carlos López Castrillón, su gabinete y los concejales debían desfilar con el estandarte de la Junta Permanente Pro Semana Santa, pero la pregunta es ¿por qué le llovió al Pollo?
Y al Pollo solo le llovió agua este Martes Santo, porque le han venido lloviendo criticas durante todo su periodo como mandatario municipal y faltarán más lluvias de críticas, quizás con granizo, porque ad portas de finalizar su administración, las lluvias que deberían ser de elogio, por el contrario, lo que evidenciamos y se refleja en el sentir de los payaneses es que la lluvia es de rechazo.
Hay un aguacero en Popayán de arrepentimiento, de desilusión, de frustración, un aguacero de indignación, por eso le llovió al Pollo. Todas estas emociones que nos genera el desgobierno, la crisis y el caos, hará que en unos meses esté nuestro alcalde más solo que el otro pollo famoso, el de $40.000 al que nadie se le quiere arrimar.
Hoy Popayán amanece enlistando las cifras del costo de vida más alto del país, con un porcentaje del 1.53% el DANE publica a Popayán como la ciudad más costosa, otra lluvia que debe soportar el Pollo.
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Contrario a los autoelogios de la Administración Municipal que enmarcan a la Semana Santa como “extraordinaria” en Popayán, la vivencia de la misma tiene otros indicadores, en el sector histórico dos procesiones canceladas y una procesión suspendida a media marcha por inclemencias del clima; aunque en la Popayán periférica, aun sin el respaldo equitativo de la Administración Municipal se realizaron con éxito, mucha organización y fe las procesiones de la Semana Santa, aunque parezcan invisibles a la publicidad de la alcaldía del Pollo.
Lo más perturbador es que no solamente le llovió al Pollo, le llovió a Popayán que sigue a la espera de soluciones inmediatas a sus problemáticas, pero también le sigue lloviendo al Cauca, y le llueve al Cauca porque seguimos siendo titulares de niveles altos de violencia, no para la violencia en Santander de Quilichao, no para la violencia en Piendamó, y la administración departamental haciendo uso de su galantería en la participación de la Semana Santa del sábado de Resurrección, desconoce la tormenta que está cayendo al Departamento, que sumido en un espiral de violencia contra los menores de edad, las mujeres y los líderes sociales, se quedó esperando al menos una comunicación ante los aberrantes casos de los últimos días.
No es justo con Popayán que lluevan problemas, que lluevan desilusiones y que no encontremos escampadero. En octubre elegiremos nuevos gobernantes, que no sean los mismos, que nos traigan sol y esperanza para una ciudadanía que se aburrió de vivir en medio de la inundación y deberá asumir las riendas de su destino.
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