Preocupante panorama de ejecución presupuestal en Popayán y llamado urgente al Concejo para ejercer control político real
En un momento en que Popayán enfrenta enormes desafíos sociales, económicos y territoriales, es inaceptable que la ejecución presupuestal de las secretarías municipales continúe siendo tan baja.

Desde el Concejo Municipal debe emitirse un llamado firme y decidido a realizar control político riguroso sobre las dependencias que, en pleno segundo semestre de 2025, aún no logran convertir los recursos públicos en acciones concretas para la ciudadanía.
La ciudadanía no necesita discursos ni excusas: necesita ver ejecutado el Plan de Desarrollo Municipal, con inversiones claras y cronogramas cumplidos. No se puede seguir justificando la ineficiencia con tecnicismos jurídicos ni responsabilizando a terceros, mientras las comunidades siguen esperando respuestas.
Una ejecución crítica en varias secretarías clave
Los informes oficiales del primer semestre del año son contundentes: Secretaría General (19%), Hacienda (19%), DAFE (20%), Cultura (29%), Tránsito (30%), Gobierno (34%), Mujer (35%) y Salud (38%) presentan índices muy por debajo de lo esperado y Secretaría de Deporte que presenta un 16% ni hablar... Esta situación es más que alarmante: pone en riesgo el cumplimiento de metas del Plan de Desarrollo, afecta la prestación de servicios y bloquea la posibilidad de avanzar en soluciones estructurales para Popayán.
Secretaría General: entre la parálisis jurídica y la falta de autoridad operativa
En el caso de la Secretaría General de Popayán, la situación es especialmente crítica por tratarse de una dependencia con una función transversal y determinante en el buen funcionamiento de toda la administración municipal. Su rol como responsable de la contratación por órdenes de prestación de servicios (OPS) la convierte en el corazón operativo del municipio. Sin embargo, en lugar de ser una facilitadora de procesos, hoy se ha convertido en un cuello de botella que ralentiza la gestión de todas las secretarías.
La excesiva centralización de decisiones en un reducido grupo de asesores jurídicos ha generado una preocupante congestión. No existe un equipo operativo con capacidad resolutiva, ni una ruta clara para garantizar contrataciones oportunas, seguras y eficientes. Esta situación no solo traba la ejecución presupuestal, sino que vulnera los derechos de decenas de personas que esperan su vinculación para prestar servicios fundamentales en salud, educación, cultura, infraestructura, deporte y desarrollo social.
Es inaceptable que en un municipio con tantos desafíos, la contratación se convierta en una carrera de obstáculos administrativos, bajo lógicas excesivamente garantistas que terminan impidiendo la acción del Estado. Aquí se requiere más liderazgo y autoridad por parte del señor alcalde, quien no puede delegar indefinidamente en criterios técnicos que no están respondiendo a la urgencia del momento. Se necesita contundencia en la toma de decisiones, capacidad de respuesta y una Secretaría General que esté al servicio de la ciudad, no atrapada en su propio laberinto jurídico. El tiempo en la administración pública es un recurso estratégico. Perderlo, es fallarle a la ciudadanía.
DAFE y su deuda con el sector rural y emprendedor
La Secretaría de Desarrollo Agroambiental y Fomento Económico (DAFE) tiene una responsabilidad enorme en la transformación del sector rural y el fortalecimiento del emprendimiento local. Sin embargo, su ejecución presupuestal es una de las más bajas del gabinete. En un municipio donde el campo pide a gritos presencia institucional, esta baja ejecución es un retroceso inadmisible.
No se pueden seguir posponiendo programas de comercialización campesina, apoyo a pequeños productores, ni procesos de fortalecimiento a las economías populares. El desarrollo rural no puede quedar atrapado entre promesas incumplidas y falta de decisión administrativa. Popayán necesita una Secretaría de Desarrollo que esté a la altura de los retos del territorio.
¿Deporte para quién? Baja ejecución y decisiones injustificables
En este contexto generalizado de baja ejecución, el caso de la Secretaría de Deporte de Popayán se convierte en un símbolo preocupante de descoordinación y desconexión institucional. Con un presupuesto que supera los 19 mil millones de pesos, al cierre del primer semestre apenas se ha ejecutado alrededor de 3 mil millones. Esta cifra no solo desilusiona, indigna. La Secretaría de Deporte vuelve a ubicarse entre las dependencias con peores indicadores de gestión en todo el gabinete.
Desde la dependencia se insiste en que han ejecutado más de 9 mil millones de pesos, pero esa cifra incluye un contrato de más de 6 mil millones con Movilidad Futura para estudios sobre el estadio Ciro López y otros escenarios deportivos. Este contrato ya había fracasado en oportunidades anteriores, incluso con un cabildo como operador. ¿Cómo se insiste en invertir en estudios que ya han demostrado su inviabilidad? ¿Por qué se sigue canalizando el recurso hacia una entidad sin la idoneidad técnica exigida para el ámbito deportivo?
Mientras tanto, los escenarios siguen deteriorados, los incentivos siguen sin entregarse, y las ligas y clubes deportivos claman por atención. No hay mantenimiento adecuado, no hay inversión real en los deportistas, y lo más grave: no hay un horizonte claro de política pública para el deporte en Popayán.
Popayán necesita ejecución, liderazgo y claridad en la gestión pública
El deporte no es un juego. La salud, la cultura, la economía popular y el desarrollo rural tampoco lo son. Lo que está en juego es la confianza ciudadana y el futuro de una ciudad que necesita ver hechos y no solo anuncios.
Popayán no soporta más improvisaciones. Se necesita gestión efectiva, equipos con capacidad técnica y voluntad política. El llamado desde el Concejo debe ser contundente: es hora de ejecutar, de priorizar a la gente, y de gobernar con seriedad. Porque detrás de cada punto porcentual de ejecución que no se cumple, hay una comunidad que se queda sin respuesta.