Promesas incumplidas y cifras maquilladas: Balance del primer año de la ‘Alianza con Popayán’
Concluye el primer año de gobierno del alcalde Juan Carlos Muñoz bajo el plan de desarrollo “Alianza con Popayán”, un periodo marcado por decisiones controversiales, logros limitados y episodios que han dejado a la ciudadanía en desconcierto.
Más allá de los debates y opiniones, es crucial analizar las cifras y el impacto de la ejecución presupuestal de las diferentes secretarías, un aspecto que ha desencadenado eventos significativos como la moción de censura contra el secretario de despacho, Carlos Horacio Gómez Quintero.
A corte de noviembre de 2024, las secretarías de Educación, Salud y Planeación reportan ejecuciones presupuestales del 80,76%, 76,3% y 70,75%, respectivamente. Sin embargo, estas cifras pierden su brillo al analizar su origen. En Educación, los recursos se han destinado mayoritariamente al pago de nóminas, transferencias a instituciones educativas y el Programa de Alimentación Escolar (PAE), dejando relegados otros proyectos clave, como la conectividad en las instituciones educativas, que no fue contratada. En Salud, los fondos se concentran en transferencias específicas, como recursos a EPS y aseguramiento, provenientes del gobierno nacional (de destinación específica), mientras que los recursos de libre inversión, fundamentales para la ejecución de políticas públicas, presentan una ejecución alarmantemente baja. Esto expone un maquillaje de informes que ocultan la realidad y engañan a la ciudadanía. ¿Dónde está el control político de los concejales?
Planeación, por su parte, se destaca como una de las pocas dependencias con un nivel aceptable de gestión, aunque el balance general evidencia serias deficiencias. La falta de dinamismo en la ejecución de proyectos estructurales, la casi nula implementación de políticas públicas y una inversión limitada en iniciativas de impacto ciudadano son aspectos críticos. Lo más preocupante es que, al concluir el primer año de esta administración, Popayán sigue sin contar con un Plan de Ordenamiento Territorial (POT) actualizado, una herramienta fundamental para planificar el desarrollo urbano y rural, lo que limita gravemente la capacidad de la ciudad para avanzar en proyectos estratégicos y atraer inversión.
El panorama es más crítico en otras dependencias. Infraestructura muestra una ejecución del 58,3%, seguida por Tránsito (57,26%), Gestión de Riesgo (55,61%), Hacienda (53,28%) y Cultura y Turismo (52%). Estas cifras reflejan la incapacidad de aprovechar recursos fundamentales para cumplir las metas trazadas en el Plan de Desarrollo Municipal, comprometiendo proyectos esenciales. Las consecuencias ya se evidencian: renuncias de varios secretarios, proyectos estancados y una creciente desconfianza ciudadana.
La situación es más alarmante en secretarías como Mujer (48,14%), Gobierno (40,88%), Desarrollo Agropecuario y Fomento Económico (DAFE, 29,7%), General (26,8%) y Deporte (17,58%). Este último caso es particularmente preocupante: la falta de planificación y gestión expuso a la ciudad a un escándalo de promesas incumplidas, cambios de última hora y contrataciones cuestionables relacionadas con la organización de la Media Maratón Ciudad de Popayán.
Qué muestra tan elocuente de prioridades la que nos ofrece la Secretaría de Deporte: organizar una Media Maratón denominada “Juancho Correlón”, como si los problemas estructurales de Popayán se resolvieran con una carrera. Todo esto, por supuesto, con un generoso presupuesto de 700 millones de pesos de los contribuyentes. Este evento no solo destaca por su improvisación de última hora, sino porque nos trae a la memoria otra brillante idea de administraciones pasadas: la famosa pista de hielo implementada por el exalcalde Juan Carlos López Castrillón. Curiosamente, este personaje sigue creyendo de manera cínica y descarada que fue “el mejor alcalde de Colombia”, mientras los payaneses seguimos cuestionando su legado. ¿Cómo olvidar la creación de la empresa mixta Ciudad Moderna, que despojó a la ciudad de otro de sus patrimonios, o sus incumplidas promesas, como el famoso metro cable que aún esperamos? Parece que, en Popayán, la creatividad para proyectos cuestionables no tiene límites.
En este primer año de gobierno, de la administración que prometió Recuperar a Popayán las cifras hablan por sí solas: el liderazgo y la capacidad de gestión de varias dependencias han sido insuficientes. Es imperativo que la administración municipal realice un análisis profundo de lo ocurrido, asuma responsabilidades y redoble esfuerzos para recuperar el rumbo.
Más allá de las anécdotas y los sarcasmos, este tipo de decisiones reflejan un patrón alarmante de mala gestión y falta de planeación en la administración pública de Popayán. Cada peso malgastado en eventos o proyectos improvisados representa un retroceso para una ciudad que clama por soluciones reales a sus problemas de infraestructura, educación y desarrollo económico. La Media Maratón “Juancho Correlón” no solo es un ejemplo del despilfarro y la frivolidad, sino que también pone en evidencia cómo las administraciones locales parecen más interesadas en los titulares que en los resultados. Si no hay un cambio inmediato, los eventos superficiales y las promesas incumplidas seguirán siendo el legado de una administración que, como otras, se recordará más por sus escándalos que por sus logros.
Popayán no puede permitirse otro año de incertidumbre administrativa. La ciudadanía, que confió en una “Alianza con Popayán” basada en promesas de desarrollo y progreso, merece una gestión a la altura de las necesidades de la ciudad. Si el gobierno local no rectifica con urgencia, esta alianza corre el riesgo de ser recordada como una de las mayores decepciones en la historia reciente del municipio.