Reflexión y llamado al Concejo Municipal de Popayán: Coherencia ética y compromiso con la ciudadanía

El ejercicio del poder público requiere una moral sólida y coherente, especialmente cuando se trata de un órgano como el Concejo Municipal, cuya misión es velar por los intereses de Popayán y ejercer control político sobre la Administración Municipal.

Reflexión y llamado al Concejo Municipal de Popayán: Coherencia ética y compromiso con la ciudadanía

No obstante, los recientes acontecimientos reflejan una preocupante doble moral que pone en riesgo la credibilidad de la institución y el bienestar colectivo.

Es preocupante que, tras la sesión de moción de censura, hayan surgido alarmas de expertos en derecho, señalan que presuntamente en el afán de protagonismo de la presidenta del Concejo, Rosa Sinisterra, y de los concejales Daniel Muñoz y José Campo, pudo haber afectado el debido proceso. Las constantes interrupciones sufridas por uno de los abogados del jefe de gabinete, Carlos Horacio Gómez, habrían coartado su defensa técnica, vulnerando así los derechos fundamentales al debido proceso y a la contradicción. Aunque es entendible el interés de los concejales por figurar, la moción de censura exige garantías claras que, según los expertos, podrían haberse comprometido, poniendo en entredicho la validez de lo actuado.

Por otro lado, como ya lo dijimos, es justo reconocer la valentía de 17 concejales al firmar la moción de censura contra un funcionario cuestionado, como Carlos Horacio Gómez, señalado por su gestión deficiente. Este acto refleja cómo debe ejercerse el control político: priorizando el bien común sobre los intereses particulares. Sin embargo, no se puede ignorar que la solución a la crisis en la actual administración de Juan Carlos Muñoz Bravo no vendrá de concejales cuestionados, que parecen buscar beneficios personales bajo el pretexto de defender a la comunidad.

La incongruencia entre discursos de justicia y acciones motivadas por intereses particulares plantea una pregunta urgente: ¿están los concejales realmente comprometidos con el progreso de Popayán, o actúan según conveniencias del momento? No se puede hablar de justicia y buen manejo de recursos mientras, al mismo tiempo, se negocian cargos y privilegios que socavan la confianza ciudadana.

El Concejo Municipal debe ser consciente de que su papel no solo consiste en ejercer control político, sino también en ser un ejemplo de transparencia y coherencia moral. Por ello, los exhortamos a:

  1. Priorizar el bien común
    Las decisiones sobre mesas directivas y presidencias de comisiones deben basarse en idoneidad, capacidad y compromiso, dejando de lado acuerdos políticos y beneficios personales.
  2. Eliminar privilegios innecesarios
    Privilegios como vehículos oficiales y conductores no deben ser incentivos para votar de una u otra manera. Es momento de cuestionar si representan un gasto superfluo que podría destinarse a necesidades urgentes de la comunidad.
  3. Fortalecer la confianza ciudadana
    Cada decisión debe responder a las expectativas y necesidades de los payaneses, demostrando que los intereses colectivos prevalecen sobre los particulares.
  4. Ejercer autocrítica y promover la mejora continua
    Reconocer errores del pasado y trabajar para corregirlos es un acto de responsabilidad que debe guiar el accionar del Concejo.

Es hora de actuar con coherencia y ética. Popayán no puede seguir atrapada en una espiral de intereses personales que traicionen su legado y potencial.

El Concejo Municipal debe honrar la confianza de la ciudadanía y demostrar que está a la altura de los desafíos que enfrenta nuestra ciudad. Esa falta de compromiso en anteriores administraciones permitió que los concejales dieran facultades al gobernante de turno, para que de manera sistemática, se le entregara varios servicios públicos a privados, lo que hoy tiene a los ciudadanos payaneses pagando las tarifas más altas de Colombia.

Popayán merece líderes valientes, transparentes y comprometidos, no negociadores de prebendas ni protagonistas de un espectáculo político. La grandeza de la ciudad depende de su capacidad para recuperar el rumbo, y el actual Concejo tiene la oportunidad de marcar la diferencia.