Renovación inminente: Popayán exige un Concejo Municipal competente y comprometido
Hacia un nuevo comienzo: Popayán y su lucha por un Concejo Municipal competente
Por: Ruben Caicedo Celis
La reflexión sobre el rol del Concejo Municipal emerge como una pieza fundamental en el engranaje de la ciudad se hace muy necesaria, una vez sea han visto los resultados de la Administración saliente y las dificultades que, a lo largo de este cuatrienio, se han presentado.
Las campañas hacia el Concejo Municipal están ganando impulso, este fin de semana ya notamos la invasión de vallas con diferentes rostros, y este proceso democrático trae consigo tanto a aquellos que aspiran a la reelección como a los nuevos rostros que desean emprender su viaje en el ámbito político.
Debemos entender correctamente cuáles son las funciones reales del Concejo para escoger correctamente a qué calidad de personas se les otorga esa obligación y responsabilidad, Popayán necesita recuperarse de dificultades y cuatro años de retrocesos. Popayán exige una reflexión profunda sobre los líderes que la ciudad necesita para retomar su curso hacia el progreso. Esa es la importancia de comprender las funciones genuinas del Concejo Municipal: no es únicamente una institución que pasa desapercibida en el fondo, sino un órgano cuyo papel es crucial para la gestión pública fracase o acierte.
Una administración eficaz y eficiente está intrínsecamente vinculada a la seriedad y la responsabilidad con las que los concejales aborden sus responsabilidades. Ya no pueden permanecer en las sombras, ocultos del escrutinio público. La ciudadanía debe exigir transparencia, compromiso y una verdadera vocación de servicio por parte de aquellos que aspiran a ocupar estos cargos, y revisar efectivamente el resultado que se pueda ver en la ciudad y no solo la demagogia en sus discursos.
La narrativa que se perfila en este análisis lleva a una conclusión incuestionable: para que Popayán se recupere y avance en la dirección adecuada, la calidad de las personas que integren el Concejo Municipal debe ser insuperable. No se queda solo en la escucha de promesas (pues no es su función prometer), ni en la transacción de puestos de trabajo.
En un análisis detallado del Artículo 313 de la Constitución Política de Colombia, se revela el alcance y la trascendencia de las responsabilidades otorgadas al Concejo Municipal de Popayán. El listado de competencias delineado en la Constitución establece un marco claro para el funcionamiento del Concejo Municipal. Desde la reglamentación de servicios hasta la elección del Personero Municipal, pasando por la autorización de contratos y la supervisión del presupuesto, estas funciones delinean un amplio espectro de responsabilidades que la ciudadanía confía en manos de sus representantes. . Sin embargo, como un eco desafiante, surge la interrogante: ¿qué ha ocurrido en este cuatrienio que termina en la ejecución de estas obligaciones? la cuestión central es si dichas responsabilidades han sido ejercidas con la efectividad y la diligencia requeridas.
La eficacia del Concejo Municipal cobra aún más relevancia en el contexto actual de Popayán, una ciudad que busca recuperarse de un período caracterizado por dificultades y estancamiento. Se plantea la necesidad de un escrutinio crítico que examine si las acciones de la administración se han alineado con las competencias establecidas en la ley, y si los resultados observados en la ciudad reflejan un ejercicio competente y comprometido por parte de los concejales.
El Concejo Municipal no debe ser un mero espectador de la gestión administrativa, sino un órgano de supervisión y control que asegure que las decisiones tomadas en los pasillos del poder se traduzcan en mejoras tangibles para la comunidad. La reflexión va más allá de los éxitos evidentes; la ciudadanía merece la transparencia y la rendición de cuentas que trascienda los momentos de aprobación y celebración.
En el arduo camino de evaluar la gestión de la administración municipal de Popayán, dos aspectos cruciales emergen como puntos de partida ineludibles: la ejecución presupuestal y la eficacia de los "Controles Políticos". Estos dos factores no solo revelan el uso eficiente de los recursos públicos, sino también la capacidad de los líderes para tomar decisiones informadas y mantener la rendición de cuentas ante la ciudadanía.
La ejecución presupuestal, una radiografía financiera de los años 2020 a 2023, se erige como una herramienta clave para evaluar la eficiencia y pertinencia de los proyectos municipales.
¿Los recursos fueron invertidos con sabiduría y en beneficio de la comunidad?
¿Los proyectos destinados a impulsar el desarrollo económico y social lograron su cometido?
De seguro que las respuestas a estas preguntas deja serias dudas, y son cuestionamientos que exigen respuestas claras y documentadas, respaldadas por cifras reales, evidencias tangibles, no porcentajes balanceados y reacciones mediáticas.
La evaluación de los famosos y mediáticos "Controles Políticos" desempeña un papel igualmente importante en esta radiografía. Estos mecanismos de fiscalización, en teoría, deberían ser los guardianes de la transparencia y la eficacia administrativa. Sin embargo, su efectividad fue absolutamente pobre.
¿Las auditorías realizadas a las diferentes secretarías y organismos municipales arrojaron resultados concretos?
¿Las acciones implementadas a partir de estas evaluaciones se tradujeron en mejoras palpables para la ciudadanía?
¿se tomaron los correctivos necesarios para el retiro de funcionarios incompetentes para la labor encomendada y el nombramiento del personal idóneo que responda con resultados?
El estado actual de la infraestructura y la gestión en la administración municipal de Popayán ha sido objeto de escrutinio y críticas. Desde contratos de obras inacabadas hasta problemas de calidad en proyectos de infraestructura, la ciudad se enfrenta a una serie de desafíos y debilidades que requieren una atención urgente y un análisis crítico.
Una mirada atenta revela ejemplos concretos de problemas en la ejecución de proyectos. La vía lenta de la Panamericana y los acabados pendientes en la Calle 15N son ejemplos palpables de obras que parecen haber quedado en pausa. Este "sueño de los justos" plantea cuestionamientos sobre el principio de planeación, ejecución y seguimiento de estos proyectos, y la comunidad merece respuestas claras sobre las razones detrás de estas demoras.
Errores en la fase inicial de planeación pueden tener repercusiones duraderas, desde retrasos hasta problemas de calidad. La falta de soportes y estudios en proyectos avanzados por esta administración añade una capa adicional de preocupación, ya que la toma de decisiones informadas es esencial para el éxito de cualquier proyecto de envergadura.
La gestión de la movilidad y la infraestructura sin lugar a duda ha sido objeto de sendas críticas. Acciones que son cuestionadas por la comunidad en términos de su impacto en la movilidad y la funcionalidad de la infraestructura, indican la importancia de considerar cuidadosamente las necesidades y opiniones de los ciudadanos en la toma de decisiones.
La falta de atención a problemas evidentes de calidad en contratos de importantes cuantías plantea interrogantes sobre la supervisión y el control de la administración. La comunidad espera que los recursos invertidos en estos proyectos generen resultados duraderos y de alta calidad. Además, la posibilidad de demandas al municipio debido a errores en la planeación agrega una dimensión legal a los problemas actuales. La administración debe ser diligente en su enfoque y considerar todas las implicaciones de sus decisiones para evitar costosos litigios.
Los nombramientos cuestionados también arrojan sombras sobre la gestión de la administración. Los líderes designados deben estar a la altura de las tareas que se les encomiendan y deben ser escogidos en función de su competencia y compromiso.
En medio de un panorama complejo, en el cual los resultados no han sido totalmente negativos pero tampoco completamente exitosos como se prometió, y la balanza se inclina más por aquellos que por estos, Popayán enfrenta un punto de inflexión. La ciudad merece una gestión que vaya más allá de la prueba y error, que destierre la inoperancia y que anteponga el bienestar de sus ciudadanos por encima de intereses particulares. Es innegable que la administración actual ha experimentado altibajos, presentando desafíos tanto como oportunidades. Sin embargo, el consenso general apunta a que el desarrollo de la ciudad ha sido una rueda de la fortuna, no un proceso guiado por la planificación, la ejecución efectiva y la vigilancia constante. A pesar de los esfuerzos mediáticos para presentar una imagen positiva, la percepción general sugiere que el panorama de desarrollo bajo esta administración no ha sido tan positivo como se esperaba.
La ciudadanía depositó su confianza en un grupo de individuos que, en su papel en el Concejo Municipal, tienen el poder y la responsabilidadde ejercer un control vital sobre la implementación de las promesas de campaña y el programa de gobierno. Sin embargo, en muchos casos, lo prometido en las campañas no se ha materializado de la manera esperada.
Un caso concreto resalta la importancia y la responsabilidad del Concejo Municipal: la aprobación y supervisión del presupuesto anual del municipio. En este contexto, surge la interrogante sobre por qué no se anticiparon ciertos obstáculos antes de la implementación de proyectos como la vía de los próceres. La falta de atención a restricciones ambientales muestra la necesidad de un análisis más profundo y crítico en la fase de planificación. La ciudad no puede permitirse proyectos que, si bien pueden tener un impacto mediático inicial, se ven obstaculizados y retrasados por problemas debían haber sido previstos. La responsabilidad recae en sus hombros y en la manera en que ejerzan su poder de supervisión y control en beneficio de la ciudad y sus habitantes. Pero frente a esas responsabilidades no ha pasado nada!.
En la misma línea, y partiendo de la revisión presupuestal que hace cada comisión del Concejo Municipal del presupuesto de operación, funcionamiento y proyectos de cada secretaría, es claro que se proyectan anualmente rubros para mantenimiento de la infraestructura de la ciudad Que son escudriñados y analizados por cada comisión, y de los cuales se pide especial sustento para ser aprobados.
Uno de los ejemplos más claros es la gestión de la red semafórica. A pesar de que se asignan recursos anualmente para el mantenimiento de estos equipos, muchos semáforos permanecen apagados, lo cual afecta la movilidad y seguridad de los ciudadanos. A pesar de algunos intentos de control político y explicaciones proporcionadas, la situación persiste y se agrava. Y no se ha tratado de vandalismo, no señor!
Esta constante falta de acción sugiere la necesidad de un enfoque más proactivo y una rendición de cuentas más rigurosa por parte de los funcionarios, así como acciones determinantes que solucionen el problema y superen el evento mediático, pero no han hecho nada.
¿dos años y más con estos equipos en estas condiciones? ¿qué ha pasado?
Las gestiones no han servido.
Pese a conocer los rubros de ejecución de una secretaría como la de tránsito, y especialmente sobre la contratación de personal que es de un interés altísimo para los corporados, donde se puede identificar que hay contratos de un gran número de auxiliares de tránsito para coadyuvar a la movilidad en la ciudad. La situación con los auxiliares de tránsito plantea importantes preocupaciones.
A pesar de los múltiples contratos de personal y su importante rol en la regulación del tráfico, se observa una falta de asignación adecuada de tareas y una intervención inapropiada en áreas donde su participación no es necesaria. La falta de un sistema organizado y eficiente compromete la seguridad vial y la movilidad de la ciudad.
Hoy los habitantes de calle aún están haciendo control de tráfico donde deberían estar los auxiliares que se han contratado, y como defecto los auxiliares de tránsito están haciendo regulación en lugares donde los privados deberían estar adelantando su propio manejo
¿con argumentaciones insuficientes seguimos en la misma situación en la actualidad y agravándose? ¿qué ha pasado?
Un accidente de tránsito compromete vidas humanas, y la regulación está indicada para personas preparadas y con una responsabilidad formal ante la ciudadanía.
El SEPT, un proyecto que busca transformar el transporte público, enfrenta un panorama desafiante. A pesar de haberse vinculado la corporación a la aprobación gradual de decretos para apoyar a los privados del transporte público tradicional, la implementación del SEPT sigue siendo incierta y con avances limitados. Esta situación genera cuestionamientos sobre la viabilidad y efectividad del proyecto, especialmente cuando no se cumplen los requerimientos necesarios para su funcionamiento.
El fenómeno del transporte público está evolucionando hacia otros rumbos. Pero el concejo aprueba gradualmente unos decretos que planean ahora concluirse con la creación de un fondo de sostenibilidad para darle apoyo a los privados del transporte público, esto porque el SEPT no existe, no funciona, no está formalmente operando y hay unos requerimientos específicos para declarar su punto de partida. De nuevo
¿con argumentaciones sin soportes, débilmente soportadas, se quiere seguir adelante con un proyecto de esas características cuando NO HAY SEPT? ¿Argumentaciones de algunos de los corporados como que “sí, es muy importante el sept, aprobémoslo” sin fundamentos?
¿tomando recursos de otras fuentes que son fundamentales para otro tipo de proyectos? ¿qué ha pasado?
¿Y el tema del predial?
Aunque las justificaciones y excusas han sido parte del discurso de esta administración, la comunidad ha demostrado que la revisión minuciosa y la acción ciudadana son herramientas poderosas para la rendición de cuentas. La cuestión clave reside en
¿dónde estuvo el concejo en las previas a la situación? ¡allí si debió bajar la talanquera!
En vez de dejar que la comunidad tuviera que reaccionar, el Concejo debió actuar proactivamente para evitar que esta problemática escalara. Esto resalta la necesidad de un compromiso más sólido por parte de los líderes locales en la vigilancia y la toma de decisiones responsables desde el principio.
Los proyectos municipales también han sufrido de falta de supervisión y control riguroso. Los problemas técnicos, los presupuestos elevados y la falta de exigencias de garantía revelan una falta de diligencia y capacidad técnica por parte de las secretarías, pero también una desconexión entre estas y el control de la corporación. ¿qué ha pasado? Las respuestas superficiales y laxas solo perpetúan la ineficiencia y no están a la altura de las necesidades de la ciudad.
El Concejo Municipal no puede convertirse en un trampolín para otros intereses o en una fuente de clientelismo para contrataciones de cuotas en diferentes instancias de la administración municipal para “sus comunidades”. La integridad y la imparcialidad deben ser pilares fundamentales en el proceso de elección y actuación de los miembros de la corporación.
Los contratistas alineados con miembros de esa corporación y las dinámicas de favoritismo socavan la confianza pública en la institución y deben ser abordados con seriedad. Eso es grave. Hoy, se sesiona y sesiona, se factura, pero el producto no es el mejor, al menos para la ciudad.
La elección de los miembros del Concejo Municipal es un asunto de gran importancia. Los perfiles de los aspirantes deben ser escudriñados minuciosamente, y no solo por lo que han hecho por “sus comunidades” pues no se eligen para favorecer más a unos que a otros, no se eligen para conseguir cupos o contratos, su comunidad es toda la ciudad no unos sectores que hayan sido sus votantes.
El bienestar de la ciudad es la prioridad, y los líderes elegidos deben estar preparados y comprometidos para tomar decisiones informadas y en beneficio de toda la comunidad. La competencia y preparación en todas las materias debe ser tal que puedan observar con detalle, debida asesoría y sentido crítico las intenciones de ejecución de la Administración.
La reflexión sobre estos temas va más allá de las justificaciones y las excusas. La ciudad de Popayán merece una administración que priorice la transparencia, la eficiencia y la responsabilidad en todas las decisiones. El Concejo Municipal, como representante de la ciudadanía, tiene la responsabilidad de asegurar que estos valores sean mantenidos y respetadosen aras de un futuro más próspero y justo para todos.
Una preocupación latente es el aparente desbalance en la crítica y la responsabilidad. Es innegable que los concejales en oposición desempeñan un papel vital al cuestionar decisiones y exigir transparencia en la administración. Sin embargo, es necesario que esta actitud sea unánime y que todos los miembros del Concejo asuman la responsabilidad de supervisar y cuestionar cuando sea necesario, y en todos los casos, independientemente de su afiliación política o actuales intereses en campaña.
La objetividad y la imparcialidad deben prevalecer en la toma de decisiones y en la evaluación de los resultados de la administración. El papel del Concejo Municipal va más allá de aplausos o críticas aisladas. La ciudad merece líderes que estén dispuestos a hacer preguntas difíciles, a exigir respuestas claras y a tomar medidas con base en el bienestar colectivo, a asesorarse muy comedidamente. No a apañarse a las propuestas del dirigente vigente, aplaudiendo hasta los errores, para luego lanzarse a pretender ser su reemplazo y lograr sus apoyos.
La necesidad de retirar a un secretario o jefe de cartera cuando su desempeño es deficiente es un tema urgente. La responsabilidad de la corporación no solo reside en la aprobación de decisiones, sino en supervisar de manera activa y eficiente la ejecución de proyectos y el cumplimiento de promesas. La ciudad no puede permitirse continuar en el mismo camino de ineficiencia y falta de rendición de cuentas.
En cuanto a los aspirantes, el proceso de elección debe ser un ejercicio de evaluación rigurosa. Más allá de promesas vacías, los candidatos deben ser calificados en función de su formación, claridad en sus funciones, antecedentes en cargos públicos y capacidad de gestión. ¿Alguno de los aspirantes le ha listado en sus discursos cuales son las funciones del Concejo Municipal? ¿Será que las conocen? ¿O esperan ser elegidos para empezar a documentarse fruto de la improvisación? La ciudad no necesita promesas grandilocuentes, sino líderes comprometidos y preparados para tomar decisiones informadas y en beneficio de todos.
La función pública merece el más alto nivel de compromiso y competencia. El respeto a la ley, la exigencia de calidad en las carteras de la administración, la supervisión rigurosa de presupuestos y proyectos, y la acción efectiva por toda la ciudad son esenciales. Los ciudadanos merecen una administración que trabaje en su beneficio, y esto solo se logrará a través de un Concejo Municipal que asuma su responsabilidad con diligencia y una comunidad que exija lo mejor para su ciudad.
La elección de líderes para el Concejo Municipal en Popayán plantea entonces un dilema crucial:
¿Reelegir a los actuales miembros o elegir nuevos representantes?
Desde el panorama actual, emerge una necesidad impostergable de renovación, encabezada por líderes que sean ejemplos de preparación, asesoramiento adecuado, independencia de intereses particulares y ausencia de agendas políticas específicas.
Con los resultados actuales, el llamado a la renovación se sustenta en la búsqueda de una administración más eficaz y eficiente en la inversión de los recursos públicos. Popayán requiere un Concejo Municipal que esté intrínsecamente enfocado en la toma de decisiones técnicas y sustentadas, alejado de cualquier inclinación hacia intereses partidistas o políticos. La ciudad merece líderes que prioricen el bienestar colectivo sobre cualquier agenda personal.
El componente técnico es fundamental en esta ecuación. El Concejo necesita estar respaldado por asesoramiento profundo en cuestiones jurídicas y técnicas para asegurar que las decisiones tomadas sean fundamentadas y capaces de impactar positivamente a la ciudad. El enfoque técnico permitirá una gestión más coherente y fundamentada en la realidad, evitando retrocesos en los procesos y decisiones.
Recuperar la confianza perdida de la ciudadanía es otro desafío crucial. Con cada cambio de elecciones, Popayán se enfrenta a la orden interna de borrar y comenzar de nuevo, lo que afecta la continuidad y el progreso de proyectos y planes a largo plazo. Una renovación con líderes preparados y comprometidos podría contribuir a la restauración de la confianza en las instituciones públicas y en la posibilidad de una administración consistente y enfocada.
De nuevo, la elección no debe basarse en intereses políticos específicos o agendas particulares. En cambio, debe considerar la preparación, la integridad y la capacidad de gestión de los candidatos. Un Concejo Municipal que trabaje por el bienestar de la ciudad en su conjunto, más allá de comunidades específicas con promesas de empleos ofrecidas en campaña, es fundamental para el progreso sostenible y la transformación positiva.
La decisión recae en los ciudadanos, quienes tenemos la responsabilidad de elegir líderes que estén a la altura de los desafíos actuales y que estén dispuestos a construir un futuro mejor para Popayán. La renovación y el enfoque técnico pueden ser el camino hacia una administración más efectiva y una ciudad más próspera.