¿Se materializará la alianza entre Yolanda Meneses y Octavio Guzmán?
Más allá de la veracidad de esta información, pone sobre la mesa la preocupante tendencia de algunos candidatos a priorizar el oportunismo político sobre los principios.
Si Meneses, quien se postuló como opción de "cambio", termina cediendo ante el candidato que representa en continuismo de la administración fallida del actual gobernador Elías Larrahondo ¿dónde queda la coherencia?
La noticia surge después de que gran parte de su equipo de trabajo se retirara de la contienda electoral debido a la falta de recursos financieros y el apoyo ciudadano insuficiente.
La situación que rodea la campaña de Yolanda Meneses para la gobernación del Cauca es preocupante, por decir lo menos. La noticia de su posible alianza con Octavio Guzmán plantea preguntas fundamentales sobre la verdadera motivación detrás de su participación en las elecciones.
No se trata de descalificar sin más la legítima búsqueda de alianzas. Pero sí de reflexionar sobre la ética de quienes utilizan una candidatura sólo para negociar cuotas de poder con el mejor postor, sin importar las ideas que supuestamente defendían.
Los votantes no somos ingenuos. Rechazamos estas maniobras oportunistas que lo único que buscan es beneficio personal, a costa de engañar a los electores. Urge una regeneración de la política donde los principios éticos estén por encima de cualquier cálculo.
Es lamentable ver cómo un candidato, en lugar de competir con seriedad y compromiso, decide involucrarse en una contienda electoral solo para figurar por unos días antes de retirarse abruptamente. Esta acción no solo socava la confianza de los ciudadanos en el proceso democrático, sino que también deja a sus seguidores a la deriva, quienes confiaron en su liderazgo y visión para el Cauca.
En un momento en el que la política local requiere líderes sólidos y comprometidos, la posible alianza entre Yolanda Meneses y Octavio Guzmán plantea interrogantes sobre si esta decisión es un acto de responsabilidad o simplemente una estrategia para mantenerse en el juego político sin un propósito claro.
Si la información resulta cierta, Meneses le debe una explicación clara a sus (pocos) seguidores sobre este giro que contradiría todo su discurso inicial. Independientemente de los resultados, quienes aspiran al voto popular tienen un compromiso ético con sus electores que no se puede tomar a la ligera.
Las alianzas deben construirse sobre afinidades programáticas, no sobre acuerdos burocráticos de espaldas a la ciudadanía. Ese tipo de politiquería es justamente lo que ha hundido al Cauca durante décadas en la mediocridad. Como sociedad, tenemos el deber de rechazarla.