Tensión en Unicauca: Entre el legítimo derecho a la protesta y la asfixia financiera de la formalización
Mientras miembros de ASPU se encadenan exigiendo celeridad en el Decreto 0391, las cifras revelan una realidad compleja: La Universidad del Cauca ya ofrece condiciones superiores al promedio nacional, pero el déficit estructural impide avanzar sin recursos del Gobierno Nacional.
El día de ayer 12 de diciembre de 2025, la cotidianidad del centro histórico de Popayán se vio interrumpida en la calle 4. Tres profesores pertenecientes a la Asociación Sindical de Profesores Universitarios (ASPU) decidieron encadenarse en las inmediaciones de la Vicerrectoría Administrativa (antiguo edificio Bancafé). Su exigencia es clara y simbólica: presionar a la administración del rector Deibar René Hurtado Herrera para acelerar la Mesa Técnica de implementación del Decreto 0391 de 2025, que regula la formalización laboral. Sin embargo, detrás de las cadenas y las arengas, subyace un debate técnico y financiero que la opinión pública debe conocer: los recursos son finitos y la sostenibilidad de la Universidad está en juego.
El escenario de la protesta
La manifestación, convocada para las 9:00 a.m. del día de hoy, apela al derecho constitucional a la protesta pacífica. Los docentes exigen dignidad laboral y rapidez en los procesos de planta. No obstante, calificar la situación actual de "precarización" requiere contrastar el discurso sindical con los libros contables de la institución.
Análisis: La delgada línea entre derechos y privilegios
Es innegable que la formalización es un ideal loable. Sin embargo, en la administración pública, cuando se otorgan beneficios insostenibles a minorías sin el respaldo presupuestal adecuado, estos pueden transformarse en privilegios que ponen en riesgo al colectivo.
La Universidad del Cauca, al igual que todo el Sistema Universitario Estatal (SUE), arrastra un déficit estructural de más de 30 años. Ante la imposibilidad de pagar docentes de planta (cuyo costo es significativamente más alto), el modelo de profesores ocasionales y de cátedra ha sido la única vía para garantizar el servicio educativo.
Mateo Chacón Orduz
Las cifras desmienten la precarización
Contrario a la narrativa de abandono, la actual administración y las anteriores han realizado esfuerzos titánicos, incluso a costa de otros rubros como el de los trabajadores administrativos, para mejorar las condiciones de los docentes temporales.
- Más tiempo de contrato: Gracias a las solicitudes de ASPU en 2019, se pasó de contratar 36/38 semanas a 46 semanas.
- Reconocimientos únicos: Unicauca es una de las solas 7 universidades públicas del país que reconoce y paga a sus temporales ítems como títulos de posgrado, experiencia, producción intelectual y tiempo para investigación.
"Hemos tenido que recortar de todos los rubros para poder pagar una nómina que crece año tras año. Afirmar que los profesores temporales en Unicauca están precarizados ignora que gozan de condiciones muy superiores a la media nacional", señalan fuentes administrativas.
Formalización responsable: Hechos vs. Discursos
La administración universitaria aclara que no se opone a la formalización; de hecho, ya la está ejecutando, pero con responsabilidad fiscal.
- Convocatorias activas: Se han abierto tres convocatorias para suplir vacantes por jubilación o fallecimiento.
- Resultados: Gran parte de los ganadores de estos concursos son los mismos docentes temporales que ya venían vinculados (3 de 4 en la primera, 12 de 15 en la segunda, y 18 de 27 elegibles en 2025).
El Decreto 0391 y el problema de la plata
Sobre el Decreto 0391 de 2025, el verdadero obstáculo no es la falta de voluntad política, sino el dinero. El decreto pide un estudio de necesidades que ya se está haciendo en la mesa de formalización. Pero la administración universitaria es muy clara: ese estudio servirá para exigirle al Gobierno Nacional los recursos necesarios. Si la Nación no gira esa plata adicional, una formalización masiva dejaría a la Universidad en quiebra.
¿Hubo "Masacre Laboral"? Los datos dicen que no
Uno de los argumentos de la protesta es la supuesta inestabilidad masiva. Sin embargo, las cifras de contratación para el próximo semestre desvirtúan esta afirmación:
- El 92,28% de los docentes temporales fueron ratificados en sus contratos.
- El pequeño porcentaje restante obedece a ajustes naturales de la oferta académica (si no hay curso, no hay cátedra) o casos en revisión puntual.
- No existe un despido masivo, sino una gestión basada en la demanda estudiantil y la capacidad presupuestal.
La protesta es válida, pero el análisis debe ser integral. La Universidad del Cauca no es una isla con recursos ilimitados. La administración del rector Hurtado ha optado por un camino impopular pero responsable: avanzar en la formalización al ritmo que permiten las finanzas y exigir al Estado los recursos faltantes.
Ceder a presiones para firmar compromisos sin respaldo presupuestal no sería una victoria sindical, sino una irresponsabilidad histórica que pagaría toda la comunidad universitaria y la región caucana a largo plazo.
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Llamada a la acción:
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