Termales Aguatibia en Coconuco quedará en manos de indígenas tras la Reforma Agraria
En el caso del pueblo kokonuko, el predio Aguatibia es un territorio ancestral, sagrado y esencial para su pervivencia física y cultural.

La Reforma Agraria sigue dando pasos concretos en el Cauca. Durante la Sesión 118 del Consejo Directivo de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), presidida por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el Gobierno nacional declaró la urgencia para la entrega anticipada del predio Aguatibia No. 2, ubicado en el municipio de Puracé, como medida de protección al pueblo indígena kokonuko.
Esta decisión, adoptada en la Casa de Nariño bajo la presencia de la ministra delegataria Martha Carvajalino, el viceministro (e) de Desarrollo Rural José Luis Quiroga y el director de la ANT, Felipe Harman, representa un avance histórico en el reconocimiento de los derechos territoriales de las comunidades indígenas del departamento.
“Las comunidades indígenas hoy encuentran una institucionalidad que cumple la palabra. La convivencia y la paz están por encima de todo. Los líderes asesinados por tierra no pueden quedar como una cifra más, estamos actuando”, expresó Felipe Harman, director de la Agencia Nacional de Tierras.
La medida se adopta como respuesta a lo establecido por la Corte Constitucional en el Auto 004 de 2009, que ordena proteger los derechos fundamentales de los pueblos indígenas desplazados o en riesgo de exterminio cultural.
En el caso del pueblo kokonuko, el predio Aguatibia es un territorio ancestral, sagrado y esencial para su pervivencia física y cultural.
“Este es un gran paso para nuestra comunidad. El Gobierno del Cambio nos está cumpliendo y le está dando dignidad a los hombres, mujeres y niños del territorio”, manifestó Willinton Andrés Tote, gobernador del Resguardo Kokonuko, quien dedicó el logro a los comuneros heridos y a María Efigenia Vásquez, comunicadora indígena asesinada durante la recuperación de Aguatibia.
El Gobierno nacional destacó que la entrega de este predio no solo es un acto de justicia histórica, sino también un paso hacia la paz territorial y la protección de los pueblos indígenas del Cauca.