¡Terror en la Panamericana por retenes ilegales de grupos armados ilegales!

Se conocen más denuncias de estos casos donde los alzados en armas son los que tienen, por momento, el control de varios tramos de la carretera internacional.

¡Terror en la Panamericana por retenes ilegales de grupos armados ilegales!

Aumenta el temor entre los usuarios de la vía Popayán-Cali por los reiterados retenes ilegales que adelantan los grupos armados al margen de la ley en este tramo de la Panamericana.

La última denuncia de este fenómeno se conoció en la tarde de este viernes 20 de septiembre, sujetos armados con fusil y vistiendo camuflado salieron al punto conocido como El Pital para detener después el tráfico vehicular.  

“Tenemos el reporte de que estos sujetos, portando fusiles y camuflados, salieron a este punto de la Panamericana para después ejecutar un retén. En medio de esta situación se apoderaron de un camión de una reconocida empresa cervecera para después obligar a su conductor a entregar este vehículo, luego los delincuentes huyeron con el vehículo hacia la parte alta de Caldono, indicaron los testigos”, narran los testigos.

Víctor Alfonso Romero, el conductor que murió en el accidente registrado en la Panamericana
La mortal emergencia sucedió en las primeras horas de este viernes 20 de septiembre a la altura del municipio de Piendamó.

De hecho, y como forma de sustentar esta denuncia, las personas que presenciaron esta incursión armada aportaron fotografías del momento cuando los disidentes adelantan esta intervención violenta en este punto de la Panamericana. En las imágenes se aprecia que portan fusiles mientras se apoderan del camión.

Mientras se reportaba esta situación, y de acuerdo con líderes indígenas del municipio de Totoró,  Cauca, otro comando armado ilegal aprovechó que la carretera internacional estaba parcialmente bloqueada para cobrar dinero a las personas que tomaron la ruta alterna por este municipio del oriente del departamento.

A pesar de que estos casos son denunciados por los mismos ciudadanos, ni la gobernación, menos la fuerza pública, han tomado cartas sobre el asunto, dejando a la deriva a los conductores.