Trump y Maduro sostienen conversación telefónica y Petro propone a Cartagena como escenario de diálogo político

Tras la confirmación por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de haber mantenido una llamada telefónica con el mandatario venezolano Nicolás Maduro, la comunidad internacional reaccionó con atención ante la posibilidad de un giro diplomático entre Washington y Caracas. En Colombia, el presidente Gustavo Petro intervino públicamente manifestando su voluntad de facilitar un encuentro entre los distintos sectores políticos venezolanos.

“Yo creo que el presidente de los EE. UU. debería aceptar que los venezolanos, en sus diferentes posiciones y en su propia diversidad, se reúnan. Puede ser en Caracas, ofrezco Cartagena, para que encuentren los caminos para profundizar la democracia. Una democracia profunda y multicolor”, sostuvo Petro, enfatizando el papel de Colombia como garante regional de diálogo y reconciliación.

Hasta ahora, Trump ha evitado ofrecer detalles sobre el contenido de la conversación con Maduro. Sin embargo, fuentes diplomáticas coinciden en que el contacto telefónico constituye un hecho significativo, considerando el historial de tensiones, sanciones y discursos confrontacionales entre ambos gobiernos. Analistas consultados por diferentes medios han señalado que la llamada podría representar un intento de explorar canales alternos de comunicación o incluso un posible deshielo en la retórica bilateral.

En los últimos meses, la relación entre Estados Unidos y Venezuela se ha visto marcada por episodios de fricción militar y operaciones en el mar Caribe y el Pacífico, en el marco de una campaña estadounidense contra redes del narcotráfico. Esta estrategia incluyó el ataque a por lo menos una veintena de embarcaciones presuntamente vinculadas con operaciones ilícitas, acciones que dejaron un saldo superior a 80 tripulantes fallecidos, aumentando la tensión y el sentimiento antipatriótico en Caracas frente a la presencia estadounidense en aguas cercanas a su territorio.

A ello se suma la advertencia lanzada por Trump durante el reciente fin de semana, en la que alertó a aerolíneas y tripulaciones civiles sobre un eventual “cierre del espacio aéreo venezolano y zonas aledañas”. La falta de claridad sobre el alcance o la legalidad de tal medida ha generado preocupación en organismos regionales y en agencias de transporte aéreo, que han solicitado aclaraciones formales a Washington.

En este contexto, para el lunes 1 de diciembre se informó sobre la convocatoria de una reunión estratégica en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Según fuentes anónimas citadas por CNN, el encuentro contaría con la participación de asesores de alto nivel en seguridad nacional, inteligencia y relaciones exteriores, con el objetivo de definir la postura que la administración Trump adoptará en su política hacia Venezuela. Algunos expertos anticipan que de esta reunión podrían surgir nuevas medidas de presión diplomática o, por el contrario, la apertura a un diálogo indirecto con Caracas.

El papel de Colombia no es menor en esta coyuntura. Desde el inicio de su mandato, Petro ha reiterado la defensa de una “democracia inclusiva” en la región y ha abogado por el desmonte de estrategias de confrontación en favor de mecanismos multilaterales de negociación. Catar, México, Brasil y Noruega ya han sido sede de acercamientos parciales entre el chavismo y sectores de oposición en años anteriores, y la oferta de Cartagena se integraría en esta tradición de diplomacia regional.

Mientras tanto, los gobiernos de Maduro y Trump mantienen silencio oficial frente a las especulaciones sobre un eventual encuentro directo. Ninguna de las cancillerías involucradas ha emitido comunicado aclaratorio ni agenda formal. Sin embargo, el solo hecho de la llamada telefónica y la reacción de Petro han reavivado el debate continental sobre el futuro político venezolano y el rol de Estados Unidos en los procesos democráticos internos de la región.