Un francotirador acabó con la vida del intendente jefe Luis Carlos Bonilla Barrera
El atentado ocurrió mientras las autoridades realizaban labores de patrullaje y control territorial en el casco urbano del municipio de Teorama.
En el municipio de Teorama, en el departamento de Norte de Santander, se presentó un ataque armado en la mañana del lunes 9 de diciembre, en el que fue asesinado el comandante de la estación de Policía de esa localidad.
De acuerdo con la prensa de esa zona del país, el oficial falleció luego de que recibiera un impacto de bala proveniente de un arma de largo alcance, por lo que las autoridades confirmaron que se trató de un disparo de un francotirador de la guerrilla.
Se trata del intendente jefe Luis Carlos Bonilla Barrera, quien fue herido de muerte mientras adelantaba labores de control y patrullaje en las calles en este municipio. El uniformado estaba adscrito al Distrito Dos de la Policía de Ocaña.
De igual manera, información proporcionada por el periódico La Opinión cuenta que, una vez ocurrido el atentado, los uniformados que acompañaban al comandante lo trasladaron hasta un centro asistencial cercano para ser atendido de emergencia. Sin embargo, debido a la gravedad de sus heridas, el oficial falleció minutos después, cuando los médicos intentaban hacer algo por la existencia del uniformado.
“El conflicto armado deja nuevamente su huella en el municipio, un enfrentamiento en el mercado, un francotirador hiere al comandante de la estación de Policía. Ellos hacen su rutina, sale a patrullar después de las fiestas decembrinas, incluso los saludamos en la mañana, y aparentemente se presume que los estaban esperando y se presentan los hechos que tienen en zozobra a la municipalidad”, denunció Celso Rincón, personero municipal de Teorama.
A pesar de que no se conoce todavía quién sería el autor intelectual y material del atentado, se sabe que en la zona hacen presencia grupos del ELN y facciones de las disidencias de las Farc, por lo que las autoridades doblaron la seguridad en esta localidad y ahora hace fuerte presencia el Ejército Nacional para evitar un nuevo ataque.
“Rechazamos como ministerio público y defensores de derechos humanos estos hechos, hemos instado al gobierno a los grupos armados a buscar otras alternativas, allí en este punto había niños, familias haciendo sus compras, ver la zozobra en las caras de los ciudadanos es muy triste”, señaló Cerón al medio radial.
De hecho, hay preocupación en el departamento de Norte de Santander, pues esa zona del país vive una creciente ola de violencia atribuida a grupos armados ilegales. En las últimas semanas, también se registraron varios ataques que han dejado a la población en estado de alerta.
La prensa de esa región indicó que dos atentados terroristas ocurrieron en un lapso de 24 horas, afectando la tranquilidad de los habitantes, incluso en medio de la celebración de la Navidad.
El primer incidente se produjo en el peaje Pamplonita, ubicado en la carretera que conecta Cúcuta con Pamplona. En la madrugada del miércoles 4 de diciembre, dos individuos en motocicletas llegaron al lugar, dejando un cilindro de gas cargado de explosivos. Tras advertir a los encargados del peaje, huyeron antes de que el artefacto detonara, causando la destrucción de las casetas y dejando a tres personas heridas: el taquillero Edixon Mauricio Jaimes, el subintendente Germán Hernández Rodríguez y el patrullero Daniel Toloza Rubio.
El día anterior, otro ataque tuvo lugar en el sector conocido como Anillo Vial Occidental de Cúcuta, cerca del cantón militar San Jorge. Un artefacto explosivo fue detonado al paso de un camión que transportaba soldados de la Brigada 30. A pesar de los daños al vehículo, no se reportaron heridos entre las tropas.
Las autoridades han señalado al Ejército de Liberación Nacional (ELN) como el principal sospechoso de estos ataques. Este grupo guerrillero ha intensificado sus acciones contra la fuerza pública desde que el Gobierno suspendió los diálogos de paz en septiembre.