Violencia étnica en el norte del Cauca ha disminuido
Los hechos de violencia y disputa por la tierra se han disminuido desde la creación de esta Mesa.
En el norte del Cauca, región habitada por comunidades indígenas, afrodescendientes y mestizas, así como por una amplia presencia de la agroindustria de la caña de azúcar, se ha forjado un modelo de diálogo y cooperación que está transformando las tensiones históricas en un proceso de paz y desarrollo.
Durante décadas, esta zona ha experimentado profundas disputas por la tierra, los recursos naturales y el poder, generando escenarios de violencia derivados de una historia de exclusión y discriminación.
Con el objetivo de revertir esta situación, se conformó una mesa de diálogo que reúne a los principales actores de la región, convirtiéndose en un ejemplo de cómo el diálogo y la concertación pueden llevar a un Acuerdo Nacional en Colombia.
En este proceso participan entidades como la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) del norte del Cauca, la Asociación de Cabildos Indígenas (ACIN), la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca (Aconc), la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (Fensuagro) del Norte del Cauca, el Proceso de Comunidades Negras (PCN), así como los ingenios azucareros representados por Asocaña y los cultivadores de caña de azúcar representados por Procaña.
“En medio de este diálogo hemos logrado que la violencia baje en los territorios y que las comunidades puedan expresar lo que sienten. Nosotros siempre hemos dicho que unidos somos más fuertes, que unidos somos esperanza para ese pueblo que está atrás de cada uno de nosotros. Es por ello que felicitamos el esfuerzo que ha hecho el Gobierno nacional por entregar tierras al campesinado, a los negros y a los indígenas", expresó Edward Prado, representante de la ANUC.
Claudia Calero, presidenta de Asocaña, también destacó la relevancia de este diálogo para la región y el país.
“Esta mesa, que gracias al Gobierno se pudo consolidar, tiene que trascender gobiernos. Esta mesa tiene que ser parte del territorio y de todos los que habitamos en esta región, porque es el mejor modelo de paz. Este diálogo que hemos ejercido en esta región durante un año y ocho meses tiene que ser el mejor modelo para Colombia. Y sin duda podemos decir que es un modelo de paz para el mundo entero, porque aquí subyace una plurietnia y una multiculturalidad".
La mesa de diálogo seguirá trabajando en torno a temas cruciales como la compra y entrega de tierras a las comunidades, el desarrollo integral y la garantía de los derechos humanos en el territorio, en un esfuerzo por construir un futuro en paz para el norte del Cauca y consolidar un modelo replicable en otras regiones de Colombia y el mundo.