Consternación tras la muerte de la escritora Victoria Amelina

La intelectual resultó con graves lesiones en el mismo atentado en el cual estuvieron presentes los colombianos Sergio Jaramillo, Héctor Abad y Catalina Gómez Ángel.

Consternación tras la muerte de la escritora Victoria Amelina

La escritora ucrania Victoria Amelina, de 37 años, es la víctima mortal número 13 del bombardeo ruso del pasado martes 27 de junio en Kramatorsk, región oriental de Donetsk.

Así fue confirmado Pen Ucrania, una organización que defiende los derechos de los autores y la libertad de expresión a la que ella pertenecía.

La autora, que engrosaba la lista de más de sesenta heridos, sucumbió a última hora de este sábado 1 de julio a las heridas en la cabeza que sufrió como consecuencia del impacto de un misil sobre el popular restaurante Ria.

Entre las víctimas mortales hay tres menores de edad, dos eran gemelas de 14 años. Un día antes de producirse la muerte de la novelista, el presidente español, Pedro Sánchez, le rindió un homenaje durante su tercera visita a Kiev.

“Necesitamos mujeres como ella para escribir la historia”, expresó Sánchez durante una intervención ante el Parlamento ucranio.

“Con nuestro mayor dolor, les informamos de que la escritora ucrania Victoria Amelina falleció el 1 de julio en el Hospital Mechnikov en Dnipró”, dice el comunicado.

“Estamos anunciando esta noticia ahora, cuando todos los miembros de la familia de Victoria se han enterado y con su consentimiento”, añade el mandatario español para explicar el tiempo pasado entre el fallecimiento y el anuncio.

Hay que recordar que Amelina era autora de libros infantiles y de dos novelas, pero a la sombra de la gran invasión rusa lanzada en febrero de 2022 dejó atrás la ficción y se centró en la investigación de crímenes de guerra.

Entre sus reconocimientos figuran premios como el Joseph Conrad o el haber sido finalista del Premio de Literatura de la Unión Europea. En España se acaba de traducir su novela Un hogar para Dom (Avizor).

La presencia de la escritora en Kramatorsk era casi accidental. Se había embarcado a última hora en un viaje junto a los colombianos Héctor Abad Faciolince, escritor; Sergio Jaramillo, ex comisionado de paz en ese país  y la periodista Catalina Gómez.

Partieron desde Kiev primero hacia la región de Járkov y, después, hacia la de Donetsk. En Járkov tuvieron la oportunidad de conocer de cerca el caso del escritor local Volodímir Vakulenko.

En medio de  la ocupación rusa el año pasado, Vakulenko decidió enterrar sus diarios en el jardín de su vivienda en el pueblo de Kapitolivka, cerca de la localidad de Izium. Poco después fue asesinado por los invasores y su cuerpo trasladado a una fosa común. Amelina descubrió sus manuscritos y sacó a la luz lo ocurrido, otra atrocidad cometida por los rusos en ese país.

La escritora conoció durante el fin de semana antes del bombardeo de Kramatorsk a Abad y Jaramillo en un acto de la feria del libro de Kiev.

Habían acudido a presentar la campaña Aguanta Ucrania de solidaridad de Latinoamérica con la población de Ucrania. Por eso, casi sobre la marcha, decidió acompañarles junto a Gómez, también con una sólida experiencia durante el conflicto armado en esa zona del país.

El último tuit de Amelina data del mismo martes del atentado. En él aparece fotografiado Abad sosteniendo la edición en ucranio de su famoso libro El olvido que seremos, en el que reflexiona en torno al asesinato en 1987 de su padre, un conocido médico, catedrático y defensor de derechos humanos.

La imagen, en la que está abrazando a una librera llamada Yulia, fue tomada en Kapitolivka, un lugar que Victoria Amelina quiso que la delegación colombiana conociera. “Es como un abrazo solidario de América Latina a Ucrania”, escribió la novelista junto al lema Aguanta Ucrania.

El propio Abad recordó la simbólica entrevista que mantuvo con Amelina en el jardín de la casa de Vakulenko.

“Este era un viaje testimonial y, de pronto, se ha convertido en un viaje trágico en el que nuestra colega Victoria Amelina está entre la vida y la muerte. Y nosotros, tristes y consternados, volvemos a donde podamos… A donde todo parece perfecto”, lamentaba el escritor y periodista colombiano.