Editorial | Que zumben los vendidos, nosotros seguimos informando

El periodismo, por definición, debe fiscalizar al poder, nunca rendirle pleitesía.

Editorial | Que zumben los vendidos, nosotros seguimos informando

Cuando un periodista se convierte en bufón de políticos, cuando cambia el micrófono por el aplauso del corrupto, deja de informar y pasa a formar parte del problema.

Estos días hemos visto algo aún más patético: personajes que se hacen llamar “periodistas” burlarse de denuncias serias, documentadas, y respaldadas por evidencias oficiales, solo porque en su escala de valores no importa lo que se prueba, sino a quién se señala.

Uno de ellos, que solo en su mente deja ponzoña no solo ridiculiza a quienes exponen irregularidades en la Secretaría de Tránsito de Popayán, sino que se atreve a insinuar que detrás de esas denuncias hay intereses, venganzas o “shows” personales.

No puede haber peor síntoma de servilismo disfrazado de periodismo.

La defensa de lo indefendible

¿Qué molesta tanto a estos “comunicadores”? ¿Qué se haya revelado que 22 comparendos fueron revocados a familiares de un congresista sin evidencia legal? ¿O que se haya hecho público, con nombres, resoluciones, fechas y radicados?

A estos opinadores les incomoda la denuncia, no el hecho denunciado. Les escandaliza que alguien se atreva a ejercer su libertad de expresión con responsabilidad, pero no se inmutan cuando el poder tuerce las normas para proteger a los suyos.

“¿Cuánto vales?”, pregunta con sarcasmo barato.
Nosotros devolvemos la pregunta con una mejor:
¿Cuánto cuesta tu silencio, pero sobre todo tú absurda defensa?

Lo que está en juego aquí no es un escándalo local más, sino el principio básico de cualquier sociedad libre: el límite al poder del Estado y la rendición de cuentas de quienes lo ejercen.

  • ¿Qué valor tiene la ley si se aplica con criterios familiares?
  • ¿Qué legitimidad tiene una autoridad que exonera comparendos a dedo?
  • ¿De qué sirve una prensa que guarda silencio mientras los poderosos acomodan las normas a su antojo?

La libertad de prensa no es para proteger a funcionarios corruptos del escrutinio público. Es para proteger a los ciudadanos de los abusos de esos funcionarios.
Por eso, cuando algunos periodistas se convierten en escuderos del clientelismo, en vez de defensores de la verdad, se ubican del lado de la opresión, no de la libertad.

Corrupción en Secretaría de Tránsito de Popayán: Bastidas revoca multas de manera ilegal
Resoluciones firmadas por la secretaria Lizeth Vanessa Plazas habrían dejado sin efecto comparendos por más de $25 millones a la madre y la esposa del congresista caucano.

Ser periodista implica algo más que tener una cuenta en redes

Para ejercer el periodismo no basta con tener celular, un perfil en Facebook y la capacidad de poner emoticones. Se necesita criterio, formación, ética y, sobre todo, valentía.
Porque el verdadero periodismo no busca likes, busca respuestas.
No apunta al débil, apunta al que abusa de su poder.

Y sí, entendemos que muchos de estos “periodistas de ocasión” ni estudian ni leen. No comprenden principios jurídicos básicos ni el deber constitucional de la función pública. No les interesa la libertad, solo la aprobación del cacique político del momento.
Pero eso no los exime de responsabilidad. Porque callar frente al abuso, y burlarse del que lo denuncia, es convertirse en cómplice.

La Secretaría de Tránsito de Popayán en manos del Representante Jorge Bastidas
Con la llegada del Pacto Histórico a la administración de Popayán, encabezada por Juan Carlos Muñoz, se abre un nuevo capítulo en la gestión municipal, especialmente en áreas críticas como la Secretaría de Tránsito y Transporte.

Que zumben los mediocres, que hablen los libres

Sabemos que incomoda cuando se pone luz donde antes hubo oscuridad.
Sabemos que molesta cuando el ciudadano común denuncia lo que el periodista cortesano calla.
Pero no vamos a retroceder. Porque mientras haya quienes se vendan por monedas o por pauta, seguiremos hablando sin precio y sin miedo.

A los que zumban por ignorancia, les recomendamos estudiar.
A los que zumban por conveniencia, les recordamos que la historia no absuelve a los cobardes.
Y a los ciudadanos que sí valoran la libertad, les decimos: no se callen. La verdad no necesita permiso.

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