Editorial | La cultura no es de unos pocos: Popayán necesita una nueva visión para las Fiestas de Pubenza
Las Fiestas de Pubenza han sido históricamente un símbolo de identidad para Popayán.

Pero también se han convertido, año tras año, en un campo de batalla presupuestal donde los artistas reclaman pagos, el Concejo Municipal hace control político, y la ciudadanía observa con cada vez más escepticismo cómo los recursos públicos se esfuman sin que la ciudad vea un retorno real.
La más reciente sesión del Concejo, marcada por denuncias, reclamos y ausencias, volvió a poner en evidencia un modelo agotado: una Junta Cívica sin capacidad de respuesta, gestores culturales que se sienten revictimizados, y una Secretaría de Cultura que carga con responsabilidades heredadas.
Sí, es importante que a los artistas se les pague lo justo y a tiempo. Pero este debate no puede quedarse en quién recibe cuánto. La verdadera discusión que Popayán debe dar es: ¿Para quién estamos haciendo cultura? ¿Y para qué?
No es sostenible ni justo, que más de 900 millones de pesos del erario "Dinero que es de todos" se inviertan cada año en una festividad que solo deja beneficios concretos a unos pocos, sin medir impacto económico, sin atraer inversión privada, y sin traducirse en oportunidades duraderas para la ciudad.
Mientras tanto, en Pasto, el Carnaval de Negros y Blancos organizado con planeación, inclusión y visión empresarial dejó este año ganancias por 2,5 billones de pesos en menos de dos meses. No es magia: es gestión. Es política pública. Es pensar la cultura como inversión y no como gasto.
Popayán necesita un cambio de paradigma. Urge democratizar los estímulos culturales, eliminar la intermediación innecesaria, fomentar la participación de más actores sociales y económicos, y diseñar una política cultural que, sin dejar a nadie atrás, apueste por el bien común y el desarrollo económico local.
Porque la cultura no es de quienes ganan una convocatoria ni de quienes dirigen una junta. La cultura es de todos. Y más en una ciudad como la nuestra, profundamente diversa, creativa y resiliente.
El Concejo Municipal tiene una responsabilidad ineludible: no solo vigilar que se cumplan los contratos, sino garantizar que cada peso invertido en cultura sirva para dignificar a los artistas, pero también para dinamizar el turismo, el empleo, la educación y la economía de Popayán.
Las Fiestas de Pubenza no deben ser un costo político. Deben ser una oportunidad estratégica. Que dejen aplausos, pero también utilidades. Que nos representen, pero también nos proyecten. Que nos unan, pero sobre todo, que nos transformen.