Los últimos gobernantes de Popayán han ante puesto sus intereses al bienestar colectivo

Pero en las elecciones del próximo 29 de octubre, los payaneses debemos buscar en las urnas recuperar el esplendor perdido y encaminar a la ciudad hacia el progreso. #NoVendasTúVoto

Los últimos gobernantes de Popayán han ante puesto sus intereses al bienestar colectivo

Popayán, considerada una de las ciudades más bellas de Colombia, fue fundada en 1537 por Sebastián de Belalcázar y rápidamente se consolidó como un importante centro político, religioso y cultural. Su arquitectura colonial le valió ser declarada patrimonio histórico de la humanidad.

Sin embargo, a pesar de contar con una ubicación estratégica y un gran potencial, Popayán no ha logrado el desarrollo esperado. Su economía se ha estancado, la pobreza es elevada y la calidad de vida de sus habitantes se ha visto afectada.

Mientras otras ciudades intermedias y hasta más jóvenes como Pereira, Armenia, Ibagué y Pasto han tenido un mayor dinamismo económico y un urbanismo planificado, Popayán parece anclada en el pasado. Su centro histórico se deteriora ante la indiferencia de las autoridades.

El éxito de estas ciudades radica en parte en la visión y liderazgo de sus gobernantes, que han promovido políticas de desarrollo sostenible, inversión en infraestructura y fomento de la innovación. A través de una administración enfocada en el bienestar ciudadano, han logrado transformar los recursos disponibles en oportunidades tangibles, lo que ha contribuido al aumento de la calidad de vida y al progreso general de la población.

En nuestra humilde opinión, esto se debe en parte a la clase política que ha gobernado a la ciudad en los últimos cuatro periodos, caracterizadas por privatizar varios de los servicios públicos afectando el bolsillo de los ciudadanos, además; del clientelismo y por priorizar el enriquecimiento personal antes que el bienestar colectivo.

Armando Meléndez, periodista bien dateado y reconocido como "el matador", ha expresado con contundencia la preocupación compartida por muchos habitantes de la ciudad. La percepción de que los gobernantes solo buscan oportunidades de negocios y se preocupan más por "cuadrar caja" que por el bienestar colectivo ha llevado a un sentimiento de desconfianza y frustración en la población.

Es tiempo de que los payaneses exijamos una transformación real, con líderes comprometidos con el desarrollo sostenible y la prosperidad compartida. Popayán merece recuperar su grandeza y convertirse en una ciudad próspera y equitativa para todos. Pero el cambio debe empezar por elecciones responsables y ciudadanos activos que no se vendan por dádivas políticas.

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