Popayán espera del nuevo Alcalde: Transparencia, Inclusión y Ética
Juan Carlos Muñoz Bravo con 36.581 votos, de Alianza con Popayán, es el eventual nuevo alcalde de la ciudad, al imponerse sobre José Luis Diago Franco quien logró 36.002 del Pacto Histórico, con una diferencia de 579 votos de un total de 145.688 votos válidos
Datos que según el parágrafo 2 del artículo 2 de la Resolución No. 1706 de 2019 del CNE, por corresponder a boletines del preconteo, no pueden considerarse documentos electorales que definan una elección.
La ciudad anhela un mandatario propositivo que rescate a la ciudad de la corrupción y la politiquería, que defienda el interés colectivo, un ciudadano con vocación de SERVIDOR PÚBLICO dotado de principios morales y éticos como presupuesto para ejercer la dignidad, sin abusar del poder ni servirse de su autoridad para privilegiar intereses protervos y mezquinos.
El nuevo alcalde, ante el estado crítico y caótico en que está sumida la ciudad, debe ser imaginativo, austero, dinámico y prudente, conciliador, alejado de trifulcas mediáticas destacado por su capacidad de concertación y gobernanza; debe ante todo prescindir de asesores subyacentes y gabinetes a la sombra genuflexos e incapaces de brillar con luz propia. Ante todo un mandatario que sepa delegar y convocar, sin acrecentar su ego bajo un perverso estilo imperial y centralista que lo relegue a la soledad del poder.
El nuevo alcalde debe tener carisma y magnetismo para construir un proyecto de ciudad de todos y para todos, liderar las fuerzas vivas y buscar acuerdos sin ser arbitrario e imponente, atropellando y haciendo las cosas a las malas con tal de demostrar quién es el que manda.
Debe ser un mandatario dotado de grandeza para honrar a sus aliados, y hacer de ellos los protagonistas de un moderno y conveniente plan de desempeño político y comunitario, sin abandonarlos a la buena de Dios cuando se niegan a ser cómplices de reprochables fechorías.
Debe ser ante todo un ESTRATEGA con transparencia y visibilidad, que garantice el control social, la inclusión y la participación ciudadana con suficiente gobernabilidad y gobernanza, construyendo un tejido social que asegure el mejoramiento sostenible y sustentable. Un verdadero GERENTE SOCIAL que sepa escuchar, decidir y hacer, sin especulaciones formales pues la ciudadanía confía más en un líder formado con valores éticos y morales desde el seno familiar y no de un gran erudito con notables pergaminos académicos y pretensiones imperiales que se apoltrone en su trono para satisfacer sus egos personales.
No puede ser populista, debe conformarse con su sueldo y no apropiarse del erario con coimas y componendas para direccionar la contratación pública y enriquecer a terceros generando retrasos en la inversión social. Debe entender que la ejecución del presupuesto municipal no es el apalancamiento financiero de aspiraciones al congreso de la República.
Debe ser generoso, cálido y creativo, ante todo un facilitador de soluciones, despojado de prepotencias y arrogancias, bajo el entendido que el poder es efímero y lo que hace grande a los líderes es su reconocimiento social y su pulcritud pública.