La Licorera del Cauca: ¿Una gestión comercial que compromete el futuro financiero de la región?
En el marco de un año de incertidumbre para la Industria Licorera del Cauca (ILC), han salido a la luz preocupantes cifras que evidencian una notable disminución en sus ventas.
Por: Alexander Casas Prado
Según proyecciones, la empresa podría pasar de vender cerca de 4 millones de unidades en años anteriores a apenas 3 millones en 2024, lo que representa una caída aproximada del 25%. Esto se traduce en una pérdida estimada de 30 mil millones de pesos en ingresos, impactando directamente los recursos destinados al deporte y la salud de los caucanos.
El problema no radica únicamente en la caída de las ventas, sino en las decisiones administrativas que, aparentemente, han generado este retroceso. Al revisar las políticas comerciales implementadas por la actual gerente, la Dra. Maribel Perafán, surgen serias dudas sobre la efectividad de las estrategias empleadas para la comercialización de los productos.
Un cambio en las reglas del juego
En 2023, las resoluciones 199 y 200 establecieron condiciones estrictas para los compradores mayoristas, quienes debían adquirir 120 mil cajas para acceder a una bonificación del 5% en producto. Además, una cláusula clave condicionaba la entrega de la bonificación al cumplimiento del total pactado, incentivando el esfuerzo comercial y garantizando el cumplimiento de metas.
Sin embargo, en 2024, bajo las resoluciones 144, 146 y 147, las reglas cambiaron radicalmente. La Resolución 144, por ejemplo, redujo la cantidad mínima de compra a 100 mil cajas, aumentó la bonificación al 9% y eliminó la cláusula que obligaba a los empresarios a cumplir con el total de la compra para acceder al beneficio. Esto significa que, aunque los compradores no cumplan con los volúmenes acordados, igual recibirán el incentivo.
¿Una negociación beneficiosa o un mal negocio?
El impacto de esta decisión es preocupante. No solo se han relajado las condiciones para los empresarios, sino que las bonificaciones más altas implicarán un sacrificio financiero significativo para la Licorera en 2025, cuando deberán entregarse cerca de 30 mil cajas como parte de los incentivos otorgados este año. Esto plantea preguntas cruciales:
- ¿Qué estudios respaldaron el incremento de la bonificación al 9% y la flexibilización de las condiciones de compra?
- ¿Cuánto costará esta decisión a la empresa en términos de recursos adicionales entregados a los empresarios?
- ¿Cómo afectará esta estrategia el presupuesto y la estabilidad financiera de la Licorera en 2025?
El futuro en juego
Sin cuestionar la buena fe de la gerente, las decisiones tomadas parecen haber comprometido gravemente el futuro financiero de la Licorera del Cauca. La falta de rigor en las negociaciones comerciales no solo está afectando los resultados de 2024, sino que también pone en riesgo la sostenibilidad de la empresa en los años venideros. Además, con una industria enfrentando la posibilidad de iliquidez, las consecuencias para la región serán devastadoras, con menos recursos para programas sociales vitales.
La Licorera del Cauca necesita urgentemente una revisión exhaustiva de su estrategia comercial y un liderazgo que priorice el interés público sobre los beneficios empresariales particulares. Es momento de replantear el rumbo y garantizar que una institución tan importante para los caucanos no se vea condenada a un futuro incierto por decisiones administrativas cuestionables.